En un contexto donde las remesas representan un salvavidas financiero para millones de familias en México y Latinoamérica, el comportamiento reciente de estos flujos comienza a mostrar señales de ajuste. En una entrevista exclusiva con Merca2.0, Ralph Boragina, Head of Cross Border de INTER., el flujo de remesas hacia México se ha mantenido en crecimiento sostenido en los últimos años, aunque con una ligera desaceleración en los meses más recientes.
Las remesas continúan consolidándose como uno de los pilares más sólidos de la economía mexicana. A pesar de los desafíos económicos globales, los envíos de dinero por parte de los connacionales desde el extranjero han mostrado una resiliencia notable, impulsando el consumo interno y reforzando el ingreso de millones de hogares.
Según cifras más recientes del Banco de México (Banxico), entre enero y abril de 2025 ingresaron al país 18,193 millones de dólares por concepto de remesas, lo que representa un aumento del 6.9 por ciento respecto al mismo periodo de 2024. Aunque el ritmo de crecimiento ha moderado comparado con los incrementos de doble dígito observados entre 2020 y 2022, la tendencia continúa siendo positiva.
El 95 por ciento de estos recursos proviene de Estados Unidos, lo que reafirma el papel central de la comunidad mexicana en ese país. Estados como Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Estado de México siguen encabezando la lista de entidades que más remesas reciben, mientras que municipios rurales y zonas con alta migración dependen fuertemente de estos recursos para su subsistencia.
Ante estos datos, se ha registrado una reciente reactivación de políticas arancelarias por parte de Estados Unidos amenaza con alterar el equilibrio económico entre ambas naciones, afectando desde los precios de productos importados hasta la estabilidad financiera de millones de familias que dependen de estos envíos.
Remesas a México: clave económica en ajuste ante nuevos desafíos globales

En entrevista exclusiva con Ralph Boragina, Head of Cross Border de INTER., ha identificado una evolución positiva en el envío de dinero desde el extranjero hacia México, Colombia y Argentina. En particular, México continúa siendo uno de los principales receptores de remesas en la región, con estados como Jalisco, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Sinaloa, Veracruz, la Ciudad de México, Baja California y Durango destacando por su alta actividad en este rubro.
El principal emisor de remesas sigue siendo Estados Unidos, cuya comunidad migrante mexicana representa el grueso de las transacciones. Sin embargo, el vocero mencionó que INTER. también registró flujos desde Brasil y Argentina. No obstante, Boragina advirtió que el aumento del costo de vida en estos países podría explicar la reciente caída del 12 por ciento en las remesas enviadas a México durante abril, según datos del Banco de México. Se trata de la baja más significativa en más de una década.
En ese sentido, el ejecutivo señaló que esta contracción no se debe tanto a una reducción en la cantidad de envíos, sino a la disminución en los montos individuales. “Los cambios de gobiernos y políticas siempre tienen un impacto en la vida diaria de las personas y las comunidades, pero históricamente hemos visto que el mercado se adapta a las nuevas reglas, con ajustes, logrando un equilibrio a lo largo del tiempo”, dijo.
En términos macroeconómicos, las remesas tienen un rol crucial en las economías locales, funcionando como motor de consumo, inversión y educación. En algunos casos, incluso, pueden representar una parte sustancial del PIB. Por ello, Boragina destacó que cualquier modificación en la dinámica de envío puede tener repercusiones importantes en la estabilidad de comunidades receptoras.
Ante un panorama de incertidumbre económica internacional, Boragina consideró que las remesas seguirán siendo un pilar esencial para la economía mexicana. Más allá del componente financiero, hay una dimensión cultural y social que sostiene esta práctica.
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