
Durante años, la narrativa sobre el alquiler ha estado teñida de ideas como la libertad de movilidad o la despreocupación por el mantenimiento. Sin embargo, en 2025 esta visión se desvanece frente a una realidad mucho más cruda: la mayoría de los inquilinos no están rentando por preferencia, sino por necesidad.
Según una reciente encuesta de Gallup, casi siete de cada diez personas que actualmente alquilan señalaron que simplemente no pueden permitirse comprar una casa. Esta cifra, que asciende al 68%, ha crecido considerablemente respecto al año pasado, cuando solo el 45% de los inquilinos reconocía esta limitación financiera. El elevado costo de las propiedades, sumado a las tasas hipotecarias históricamente altas, ha convertido el sueño de la vivienda propia en una meta cada vez más lejana para millones de personas.
Para muchos, la vivienda propia sigue siendo el símbolo clave de la independencia financiera y la seguridad a largo plazo. Sin embargo, el mercado inmobiliario actual ha generado una brecha cada vez mayor entre quienes pueden acceder a un crédito hipotecario y quienes se ven obligados a postergar esta decisión, o simplemente renunciar a ella. Mientras tanto, otros factores que tradicionalmente influían en la decisión de alquilar, como la comodidad o la flexibilidad para mudarse por trabajo o estudios, ahora quedan en un segundo plano.
El 11% de los encuestados mencionó la facilidad para mantener una vivienda alquilada como motivo para no comprar, mientras que el mal crédito y la falta de estabilidad financiera apenas representaron un 9% y 6%, respectivamente. Esto refuerza la idea de que la capacidad económica es el factor determinante en la mayoría de los casos.
Este cambio plantea un desafío importante para el sector inmobiliario y las políticas públicas, pues la vivienda ya no es solo una cuestión de preferencia personal, sino un problema estructural que afecta la calidad de vida y la movilidad social de millones. Ante esta realidad, la pregunta más relevante no es por qué tantas personas prefieren alquilar, sino qué se puede hacer para que la compra de vivienda vuelva a ser una opción viable y accesible para la mayoría.
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