Si se comparan los hábitos que hacen daño en la actualidad y los que existían hace 10 años se podrá comprobar que hay cambios importantes en los patrones del consumidor. La obsesión con el tabaco y el azúcar entre otros ha dado paso a nuevas obsesiones que distan mucho de lo conocido por generaciones pasadas.
El consumidor actual está enterado de lo negativo que puede ser fumar o excederse en bebidas azucaradas y carbonatadas, por ejemplo, se ha vuelto socialmente inaceptable prender un cigarrillo frente a un menor o en lugares cerrados. Algo similar sucede con el ejercicio, la conciencia del cuerpo saludable está presente en gran medida en las preocupaciones diarias, el crecimiento en número de gimnasios a nivel mundial y apps de fitness registra números récord en los últimos 24 meses.
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Las viejas adicciones se han reemplazado por nuevos hábitos dañinos que han sorprendido a gobiernos, empresas y consumidores. Para muestra un botón, estrategias para la formación de hábitos son parte toral de las plataformas de redes sociales. Por su lado, empresas como Apple y Amazon han invertido sumas millonarias para garantizar que el empaque de sus productos sea una experiencia única con el fin de incentivar la recompra.
El consumidor se ha vuelto más adicto, ahora las adicciones están ligadas a las actividades diarias del mundo moderno. Este cambio tiene consecuencias importantes en la relación entre una marca y el consumidor final, implica un planeamiento nuevo del contrato social. Las áreas de mercadotecnia deberán considerar estos desordenes en la construcción de estrategias creativas y publicitarias ya que en algún podrán convertirse en estrategias inaceptable y de un día a otro pasar a la ignomínia en términos de preferencia de compra.
Las 5 adicciones del consumidor moderno
1. Oniomania
Conocidos comúnmente como compradores compulsivos o adictos a las compras. Según el Diccionario de Psicología “la compra genera satisfacción inmediata, con la que estima llenar su vida de sentido, se busca borrar temporalmente los problemas. A menudo, los objetos comprados son destruidos o escondidos, ya que la persona afectada de oniomanía se siente avergonzada” Las consecuencias incluyen la ruina financiera y la pérdida de reputación y autoestima.
2. Teléfonos móviles
Según un reporte de la revista Merca2.0 los mexicanos son especialmente adictos a sus smartphones, 43 por ciento se declara dependiente y no saldría de casa sin el gadget. Las mesas de restaurantes están llenas de consumidores que no conviven con sus acompañantes, prefieren, en cambio, tomar fotografías de la comida para compartir con terceros por medio digital. El exceso en el uso de telefonía móvil puede tener consecuencias en la integridad física, no debe ser utilizado al manejar u operar maquinaria pesada.
3. Redes Sociales
98 por ciento de los mexicanos conectados a internet tiene una cuenta en una red social. Facebook, twitter y youtube son líderes en usuarios en América Latina y su popularidad sólo va en aumento. Los consumidores han convertido en rutina la revisión de perfiles en estos servicios. Un estudio en Suecia reveló el nivel de adicción a Facebook en dicho país. Una tercera parte de los usuarios masculino la utiliza para provocar a otros, 26 por ciento de los encuestados reconoció sentirse físicamente enfermo si no entran a la red social de manera regular.
4. Acceso a Internet
Internet addiction disorder (IAD) es el nombre que se le ha dado en la Unión Americana. Algunos expertos consideran el uso excesivo de la web como una adicción, otros la catalogan como síntoma de una condición más seria. El uso en exceso de sitios de juego, pornografía en línea, cyber-relaciones o búsqueda de información en línea son considerados por el Centro de Adicción En Línea como sub categorías del desorden.
5. Trabajólico (Workaholic)
Un fenómeno moderno, que se complica por su aceptación social. Entre sus síntomas más comunes se encuentran la ansiedad, irritabilidad, depresión, necesidad creciente de trabajar en mayor medida y dedicar más tiempo al trabajo. También incluye una preocupación constante por el rendimiento laboral, sensación continua de agobio y vacío emocional. Poco interés en actividades distintas a la laboral.
La tecnología se perfila como el común denominador de todos estos desordenes sociales y psicológicos. El abuso de la tecnología como vehículo de comunicación podría causar perjuicios a las estrategias de mercadotecnia de las empresas, ejemplos de abandono de redes sociales son cada vez más frecnuentes, el caso de Eat24 y su despedida a Facebook son apenas el comienzo.