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El email sigue siendo en nuestros días uno de los documentos más importantes en la gestión de talento, que tienen los profesionistas.
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Un estimado de The Radicati Group asegura que el número de usuarios de correos electrónicos alcanzó en el mundo los tres mil 930 millones de personas durante 2019.
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Al día se envían y reciben un promedio de 293 mil millones de correos, según proyecciones de The Radicati Group.
El envío de correos electrónicos es hoy en día una tarea indispensable en el trabajo de los mercadólogos, debido a que han logrado convertir a estos documentos en tareas relevantes.
Para lograr el mayor potencial, los mercadólogos se han tenido que hacer de una serie de estrategias con las que han tomado el mayor beneficio de este documento.
Bill Gates recomendó en 2006 un método que diseñó cuando era chairman de Microsoft, para ser productivo en su manejo.
Se trata de convertir su computadora de escritorio en un centro de trabajo con tres pantallas. La de la izquierda enlistaba el total de correos electrónicos. En la de en medio leía y respondía los correos que le interesaban y en la pantalla de la derecha estaba el buscador.
De esta manera Gates logró filtrar a 100 correos diarios la gran cantidad de email que recibía.
Un estimado de Forbes asegura que el empleado de oficina promedio recibe 200 correos electrónicos diarios y ocupa dos horas y media para atenderlos.
Evita errores
El CEO de LinkedIn, Jeff Weiner, recomienda evitar tres errores cuando se redacta un correo electrónico.
El primero de ellos, dijo a CNBC, es no olvidar que entre más claro y breve sea un email, menos dudas generará en el destinatario.
Nunca responder a un correo electrónico que parece estar redactado de manera agresiva u ofensiva, porque muchas veces quien envía el correo no supo expresarse.
Para ello anteriormente ha recomendado que si tu eres el remitente, al terminar de redactar un correo te tomes un breve tiempo, como lo puede ser tomar varios sorbos a tu taza de café, vuelvas a leer lo escrito y encuentres si es adecuado enviarlo.
Cuando eres quien recibe un correo agresivo tiene que evitar contestar en ese mismo tono e incluso buscar hablar con la persona que lo envió de manera personal o telefónicamente.
Hay muchas ocasiones en que hablar directamente resulta mejor que enviar un correo. El tercer consejo de Weiner es evaluar esta pertinencia leyendo el correo asumiendo la posición de quien lo recibirá, escribir lo que piensas sobre el correo que vas a enviar y tomarse el tiempo necesario para evaluar la pertinencia del texto.