La venta de contenidos digitales es todo un éxito a nivel mundial, lo cual ha fomentado el crecimiento de tiendas como iTunes o Cinépolis Klic, o de servicios de streaming, como Netflix o Spotify. Sin embargo, cuando los usuarios adquieren contenidos digitales, en la mayoría de las ocasiones omiten los términos y condiciones, donde entre otras cosas, existen curiosidades que la mayoría de los consumidores desconoce.
1.- No son compras, son rentas
En la mayoría de las ocasiones en realidad no se está adquiriendo un contenido (música, películas, videojuegos, apps) de forma permanente, sino que se está adquiriendo una licencia para poder utilizarlo por determinado tiempo, que pueden ser treinta años o más de acuerdo con las políticas aceptadas a la hora de la “compra”, sin embargo, en algún momento las distribuidoras tienen derecho a retirar la licencia de uso.
2.- No eres dueño de los contenidos que adquieres
A pesar de que estamos “comprando” contenidos, en realidad estamos adquiriendo el derecho de usarlo de forma personal, por lo cual, en la mayoría de tiendas digitales, las marcas se reservan el derecho a revocar ese derecho de uso sobre los contenidos ya pagados.
3.- Los contenidos no estarán disponibles para siempre
Una vez que se ha adquirido un contenido digital, este puede volver a ser descargado si se presenta la necesidad (por ejemplo, que se descomponga nuestro dispositivo y perdamos los datos), no obstante, se debe estar consciente de que en algún momento los servidores de descarga podrían desaparecer, lo cual significa que la disponibilidad de los contenidos digitales no es perpetua, e incluso por cuestiones de licencias y conflictos entre autores, los contenidos son retirados de las tiendas.