Para generaciones anteriores, ir a la universidad era el camino claro hacia una vida mejor: mejor empleo, mejor salario, mejor futuro. Pero para la Generación Z en Estados Unidos, esta aspiración no parece ser clara. El informe “Generation Z in the United States” de Statista revela una profunda división generacional sobre el valor de la educación superior: el 49% de los Gen Z adultos creen que la universidad es una buena inversión, mientras que el otro 49% opina que es una apuesta que tal vez no valga la pena.
Este dilema, más emocional que estadístico, refleja una crisis de expectativas en un contexto donde los costos educativos se disparan y los salarios de entrada al mercado laboral no logran seguir el ritmo.
LEE TAMBIÉN. Target marketing. Generación Z en México: Así consumen, piensan y viven
💰 La deuda estudiantil, el gran factor de duda
Uno de los motivos más recurrentes por los que la Generación Z duda sobre el valor de un título universitario es la deuda estudiantil. El 27% de los encuestados aseguró que, si pudiera volver atrás, habría trabajado más mientras estudiaba, y el 26% dijo que habría solicitado más becas. Otros habrían elegido carreras distintas o instituciones más económicas.
Además, el impacto financiero de estas deudas es tangible:
- El 28% pospuso la compra o leasing de un automóvil.
- El 26% retrasó su ahorro para el retiro.
- El 25% detuvo sus planes de comprar una casa debido al peso del financiamiento universitario.
LEE TAMBIÉN. ¿Adiós Google? Así se informa la Generación Z
🧠 Jóvenes que buscan propósito, no solo títulos
Lejos de ver la universidad como una simple herramienta de movilidad económica, Gen Z también valora el desarrollo personal y emocional. Para ellos, hacer algo que les apasione (73%) y lograr un equilibrio vida-trabajo (78%) son más importantes que obtener un título universitario por sí solo.
Aun así, el 65% de los Gen Z estudiantes de K-12 encuestados en 2024 afirma que aspira a un título universitario, lo que muestra que la idea del college aún tiene fuerza, aunque con matices más críticos.
📉 Una brecha entre expectativas y realidad
El informe también muestra que el salario promedio esperado por los graduados en 2023 fue de $66,467 dólares, inferior al del año anterior ($70,005). Esta disminución sugiere que incluso los estudiantes que apuestan por la universidad están ajustando sus expectativas al contexto económico actual.
Por otro lado, solo el 30% de los Gen Z empleados dijo estar muy satisfecho con cómo su educación los preparó para el mundo laboral. El 34% respondió que estaba algo satisfecho, lo que indica una percepción de desconexión entre academia y realidad profesional.
📊 ¿Inversión o apuesta? Depende a quién le preguntes
La ambivalencia es aún más evidente al segmentar por demografía. Entre adolescentes de 13 a 17 años:
- 56% cree que la universidad sí es una buena inversión.
- 43% la ve como una apuesta incierta.
Sin embargo, esta percepción varía:
- Los Gen Z demócratas son quienes más apoyan la idea de que el college vale la pena (65%).
- Los jóvenes blancos son los más escépticos, con la mayor proporción que considera que no garantiza resultados.
¿Qué significa esto para universidades y empleadores?
La Generación Z está redibujando la idea de éxito profesional y educativo. Aunque muchos siguen viendo la universidad como un paso útil, la pérdida de confianza en su rentabilidad y efectividad es clara. Esta desconfianza no necesariamente implica un rechazo total, sino una exigencia de mayor retorno, más opciones híbridas, formación práctica, y un enfoque realista.
Para instituciones educativas, esto es una alerta para reconectar con las prioridades reales de los jóvenes. Para los empleadores, una oportunidad para entender que los títulos importan menos que las habilidades, el bienestar y el propósito.