El consumidor mexicano no es ajeno a la tendencia de consumo sostenible. Sin embargo, cuando se trata de traducir esa preocupación en decisiones concretas de compra, aún existen límites claros. Así lo revela el más reciente informe Consumers in Mexico 2025, elaborado por Statista, el cual ofrece un panorama detallado sobre los hábitos de consumo, las motivaciones y las contradicciones de los consumidores mexicanos en relación con la sostenibilidad.
Si bien la conciencia ambiental está en aumento, el estudio evidencia que el bolsillo sigue teniendo la última palabra. El desafío para las marcas, empresas y mercadólogos será encontrar el equilibrio entre propuestas responsables y accesibles, que realmente conecten con el consumidor.
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¿Qué tan importante es la sostenibilidad para los consumidores mexicanos?
Según el informe de Statista, el 64% de los mexicanos declara estar preocupado por el medio ambiente, un dato que refleja una creciente conciencia sobre problemáticas como el cambio climático, la contaminación o la sobreexplotación de recursos.
Esta preocupación se traduce en algunas acciones cotidianas, como:
- La reducción en el uso de plásticos de un solo uso (48% de los consumidores lo hace).
- La compra de productos reciclados o reciclables (35%).
- La preferencia por marcas que implementan acciones medioambientales verificables (29%).
Estos datos demuestran que existe una intención real de consumir de manera más responsable, aunque esa intención enfrenta límites prácticos, principalmente relacionados con el precio.
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¿Por qué la sostenibilidad no siempre se refleja en la decisión de compra?
El informe de Statista revela una contradicción que caracteriza al consumidor mexicano: aunque hay interés y preocupación por el planeta, el aspecto económico sigue siendo determinante.
Solo el 19% de los consumidores considera que las acciones ambientales o sociales de una marca son un factor decisivo al momento de elegir qué producto o servicio comprar.
Las principales razones por las que la sostenibilidad no siempre se traduce en acción son:
- Precios elevados: Los productos ecológicos o sostenibles suelen tener un costo mayor, lo que limita su acceso, especialmente en un país donde el 82% de los consumidores prioriza el precio competitivo.
- Falta de información confiable: Los consumidores desconfían de las afirmaciones de sostenibilidad si no están respaldadas por certificaciones o evidencia clara.
- Percepción de sacrificio: Algunos productos sostenibles se perciben como menos efectivos, menos prácticos o menos duraderos, lo que frena su adopción.
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¿Quiénes son los consumidores más dispuestos a pagar más por sostenibilidad?
El estudio de Statista identifica que los consumidores más propensos a incorporar la sostenibilidad en sus decisiones de compra son:
- Jóvenes de entre 18 y 30 años, especialmente aquellos con acceso a información y preocupaciones globales.
- Hogares de nivel socioeconómico medio y alto, donde existe mayor margen financiero para elegir productos ecológicos o responsables.
- Consumidores urbanos, que tienen mayor exposición a iniciativas sostenibles y acceso a productos alternativos.
Este perfil representa un nicho interesante para las marcas que buscan posicionar productos ecológicos, pero también deja en claro que la sostenibilidad aún no es un criterio masivo, sino un valor en construcción.
¿Qué deben hacer las marcas frente a este panorama?
Para los mercadólogos y las empresas, la sostenibilidad ya no puede ser ignorada, pero debe abordarse con realismo. Según los hallazgos de Statista, algunas claves para conectar genuinamente con el consumidor mexicano en este tema son:
- Sostenibilidad accesible: Las marcas deben esforzarse por ofrecer productos ecológicos o responsables a precios competitivos, o al menos, justificar claramente su valor.
- Transparencia y certificaciones: Los consumidores exigen pruebas verificables de las afirmaciones ambientales. Las certificaciones oficiales y la trazabilidad de los procesos son fundamentales.
- Comunicación clara y creíble: Los mensajes ambientales deben ser honestos, evitando el greenwashing y priorizando los beneficios reales.
- Educación y sensibilización: Las marcas pueden impulsar campañas que no solo vendan, sino que eduquen al consumidor sobre el impacto de sus elecciones.
- Estrategias segmentadas: Es clave identificar qué públicos están dispuestos a pagar más por sostenibilidad y diseñar propuestas específicas para ellos.
¿Qué riesgos corren las marcas que no integran la sostenibilidad?
Aunque el precio sigue siendo determinante, el informe de Statista advierte que las marcas que ignoran la sostenibilidad se exponen a:
- Pérdida de relevancia entre los consumidores jóvenes, cada vez más conscientes.
- Reputación negativa en redes sociales, especialmente si son percibidas como irresponsables.
- Ventaja competitiva para las marcas que sí adoptan prácticas sostenibles y las comunican de forma efectiva.
La sostenibilidad, incluso con sus límites actuales, ya no es solo una moda, sino un factor que puede fortalecer o debilitar el posicionamiento de las empresas en el mediano y largo plazo.
Sostenibilidad sí, pero realista y adaptada al consumidor mexicano
El consumidor mexicano está cada vez más consciente de los problemas ambientales y valora las marcas responsables. Sin embargo, esa conciencia se enfrenta a barreras económicas y de percepción que limitan el consumo masivo de productos sostenibles.
Para las marcas y los mercadólogos, el reto está en ofrecer soluciones reales, accesibles y creíbles, que permitan al consumidor ser parte del cambio sin sacrificar su economía o su estilo de vida.
La sostenibilidad en México avanza, pero lo hace con los pies en la tierra, al ritmo de un mercado que prioriza el precio, pero que también empieza a mirar —aunque con cautela— hacia un consumo más responsable.