La desaparición del programa IMSS Bienestar ha encendido las alarmas entre especialistas, personal médico y usuarios del sistema de salud. En las últimas horas, la frase “desaparición IMSS Bienestar” se ha posicionado como una tendencia de búsqueda en Google, reflejando el creciente interés y preocupación por el futuro de este esquema de atención que, durante más de cuatro décadas, ha sido la única red médica adaptada a las zonas más marginadas del país.
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¿Qué es IMSS Bienestar?
El IMSS Bienestar, originalmente conocido como IMSS-Coplamar, nació en 1979 con la misión de brindar atención médica gratuita y continua a las comunidades rurales, indígenas y de alta marginación en México. A lo largo de los años, cambió de nombre en varias ocasiones (IMSS-Solidaridad, IMSS-Oportunidades, IMSS-Prospera), pero su esencia se mantuvo: servir a quienes no tenían acceso a seguridad social.
Este modelo llegó a atender a más de 11 millones de personas en 81 hospitales distribuidos en 19 estados del país. A pesar de su alcance, siempre operó con recursos limitados, sin el respaldo presupuestal sólido de otros sistemas, y enfrentando desafíos estructurales. Era, como lo calificó Ruth Rodríguez en un texto publicado en Excélsior, el “patito feo” del Seguro Social: imprescindible para los más vulnerables, pero constantemente marginado por los tomadores de decisiones.
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¿Qué pasó con IMSS Bienestar?
El médico Juan Manuel Lira en El Financiero, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) explica que el Programa IMSS-Bienestar será absorbido por el régimen ordinario del IMSS. Esta decisión significa que hospitales, personal médico y responsabilidades del programa serán transferidos al aparato tradicional del Instituto.
Más allá del anuncio legal, hay una señal administrativa contundente: el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 no destinó ni un solo peso al IMSS Bienestar bajo el Ramo 19, su canal de financiamiento habitual. Como medida de emergencia, el Consejo Técnico del IMSS autorizó el uso de más de 10 mil millones de pesos en reservas institucionales para mantener la operación del programa hasta el 1° de julio.
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¿Qué significa la desaparición de IMSS Bienestar?
Los especialistas coinciden en que esta absorción no es solo una reestructuración técnica. Hay riesgos que podrían afectar tanto a los beneficiarios del IMSS Bienestar como a los derechohabientes del régimen ordinario:
Riesgo financiero
El nuevo decreto introduce una lógica de “mercado interno” dentro del propio Instituto. Las unidades médicas atenderán indistintamente a derechohabientes y no derechohabientes, y el Organismo Público Descentralizado (OPD) deberá compensar los costos operativos.
Esto supone una carga extra, ya que el OPD deberá cubrir también el Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) del personal absorbido, sin el respaldo de recursos federales. Con un presupuesto de solo 165 mil millones para 2025, la sostenibilidad de este modelo es cuestionable. En caso de retrasos o insuficiencia de pagos, el IMSS tendría que seguir drenando sus reservas, lo que pondría en jaque su equilibrio actuarial y su viabilidad jurídica.
Riesgo operativo
El régimen ordinario del IMSS ya tiene serios problemas: saturación hospitalaria, carencia de personal, tiempos de espera prolongados, falta de medicamentos… Factores que se suman a un aumento progresivo en enfermedades crónicas. La incorporación de más de 11 millones de usuarios adicionales sin una expansión proporcional de infraestructura y plantilla, podría colapsar aún más el sistema.
Además, los hospitales comunitarios del IMSS Bienestar serán transformados en hospitales de subzona. Esta transición implica cambios estructurales que demandan al menos 10 mil nuevas plazas laborales, que el sindicato reconoce como inviables financieramente bajo las condiciones actuales del régimen ordinario.
¿Cuál es el impacto para los trabajadores del IMSS Bienestar?
Durante años, los profesionales de la salud de IMSS Bienestar operaron sin el apoyo institucional adecuado, sin estabilidad laboral plena y sin respaldo del sector empresarial u obrero.
La integración al IMSS ordinario podría significar, al menos en el corto plazo, una mayor certeza laboral para ellos. Sin embargo, esto no es claro. De hecho, este 8 de julio varios trabajadores realizaron movilizaciones pues carecen de certezas. Se espera que las manifestaciones continúen en las próximas semanas.
¿Cómo afectará esta decisión a las zonas más vulnerables?
Este es el punto más delicado. Las comunidades indígenas, rurales y de alta marginación son las más expuestas ante esta transición. Si el régimen ordinario del IMSS no logra adaptarse ni ampliar su capacidad, los habitantes de estas zonas podrían ver disminuido su acceso a servicios médicos. Lo que durante décadas fue una red —aunque frágil— de atención primaria especializada y adaptada a sus necesidades culturales, ahora corre el riesgo de diluirse en un sistema saturado y centralizado.
¿Cuál es la postura del gobierno federal sobre la desaparición del IMSS Bienestar?
Aunque muchos expertos han encendido las alertas ante la desaparición del Programa IMSS Bienestar, el gobierno federal ha defendido esta decisión como parte de una estrategia más amplia para alcanzar la universalización del acceso a la salud, uno de los compromisos centrales del Plan Nacional de Desarrollo impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con el doctor Manuel Cervantes Ocampo, director de IMSS Bienestar, la incorporación del programa al Régimen Ordinario del IMSS no representa una desaparición de sus funciones, sino un fortalecimiento de su estructura. Según Cervantes, el objetivo es mejorar la atención médica gratuita y de calidad que reciben actualmente 10.8 millones de mexicanos, muchos de ellos en zonas marginadas, rurales e indígenas.
El gobierno ha enfatizado que, lejos de desaparecer, se pretende preservar la esencia comunitaria del modelo, que incluye programas como el Modelo de Atención Primaria a la Salud (MAIS), los Centros de Atención Rural al Adolescente (CARA) y actividades de desarrollo infantil temprano. Estos esquemas, avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), promueven la responsabilidad social, la planificación familiar, la equidad de género y la prevención de enfermedades en zonas vulnerables.
El IMSS Bienestar ofrece entre 50 y 55 mil consultas, realiza más de 300 cirugías y atiende 125 nacimientos en hospitales rurales. Según Cervantes, estas cifras demuestran que el modelo es funcional y que, con el respaldo del IMSS ordinario, se busca ampliar su alcance sin comprometer la calidad del servicio.
¿Cómo será la transición al IMSS ordinario?
El gobierno federal ha prometido que la transición será ordenada, progresiva y sin interrupciones en los servicios médicos. Uno de los beneficios clave será para los más de 28 mil trabajadores del IMSS Bienestar, quienes ahora podrán incorporarse plenamente al régimen ordinario del IMSS con certeza laboral, prestaciones y derechos adquiridos.
“Esta transición no implicará cambios en la atención que se ha otorgado por más de cuatro décadas y permitirá beneficiar a las y los trabajadores del programa con estabilidad laboral”, afirmó Cervantes.