Hace unos días me tope con un artículo de hace ya unos meses publicado en The Cut que me pareció interesante para reflexionar. En el, su autora Allison P. Davis habla del “Vibe shift” que sería algo como un “cambio de ambiente”.

Pero ¿qué significa un “cambio de ambiente”? Básicamente, es un concepto propuesto por el consultor Sean Mohan para dar cuenta de lo que sucede cuando las tendencias que una vez dominaron la cultura social repentinamente, de la noche a la mañana, dejan de serlo y surgen otras.

Mohan plantea que el ciclo o anatomía de una tendencia sigue un proceso conformado por determinados componentes que son los que hacen que el “ambiente cambie”. A saber:

-Where or Location: Las tendencias provienen de un contexto específico, ya sea el lugar donde se originaron o los espacios en los que encontraron una tracción particular.

-Why or Motivations: Los cambios en la tecnología y la sociedad crean problemas y oportunidades.

-Who or Mindset: Los early adopters son quienes elaboran las tendencias como respuesta a estos problemas.

-What or Objects, Experiences and Inspirations: Las tendencias comienzan con las cosas de nuestra vida cotidiana, esto es, lo que compramos, lo que nos gusta, lo que hacemos.

-How or Lifestyle: A medida que las tendencias logran una adopción masiva, comienzan a asociarse con marcas, movimientos sociales y nuevos productos.

Si bien esta propuesta no es algo nuevo porque en la cultura, las cosas cambian, y una tendencia que alguna vez fue dominante comienza a agotarse dándole lugar a otra y así en loop, la pregunta es ¿hoy estamos ante un cambio de ambiente o es solo una respuesta a las secuelas que dejó la pandemia?

Dice Davis en su artículo, “fue tranquilizador pensar que la pandemia había puesto en pausa la vida, o al menos había puesto las cosas en cámara lenta (…) mientras estábamos adentro (…), la cultura realmente no avanzaba. (…) no sentía FOMO (…) Resulta que dos años podrían haberse convertido en un agujero negro, pero fui arrogante al pensar que algo no llenaría el vacío. (…) Aquellos todavía eran años reales. Las opiniones de la gente estaban cambiando, las cosas estaban sucediendo (…)”.

Si pensamos en que la pandemia, estructuralmente, actuó como un hecho hito que marco un antes y un después en nuestras vidas, entonces la década de 2020 puede estar a punto de marcar el comienzo de una nueva era.

De hecho ya vemos indicadores de cambio como la llamada “Gran Renuncia”, en la que un número récord de personas de entre 30 y 45 años renunciaron a sus trabajos a raíz de la pandemia. Esto podría representar un “cambio de ambiente”, al igual que el movimiento detox de las redes sociales en pos de cuidar la salud mental que ya han llevado adelante reconocidos actores, músicos e influencers. De hecho, según Mohan, la gente cada vez más cansada de ese estado de burn out permanente por el consumo de redes sociales, el trabajo online y la preocupación por los asuntos globales, necesita imperiosamente volver a conectarse consigo misma y con lo local.

Pasaron ya más de dos años, pero las secuelas de la pandemia se siguen haciendo sentir y nos ponen en la cúspide de un cambio monumental. Como seres humanos sobreviviremos por nuestro deseo innato de seguir siendo relevantes, pero las marcas tendrán el desafío de llevar adelante una comunicación que les permita conectar con sus públicos de manera genuina porque lo interesante que pone de manfiesto el concepto de “vibe shift” es entender que los cambios culturales que antes se daban entre las personas, de generación en generación, ahora también ocurren en el ámbito digital y cada vez más rápidamente, aún en esos tiempos cuando parecía que el mundo se había detenido por dos años.