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La llegada de bicicletas monopatines eléctricos debe llevar a Uber en pensar en errores y aciertos que ha cometido la competencia.
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Grin es la única empresa con permiso para operar monopatines eléctricos en la Ciudad de México y a pesar de ello retiró sus vehículos.
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Uber es una de las plataformas tecnológicas que mayor innovación han buscado en el mercado, a través de tecnología dirigida al transporte privado.
Las opciones de movilidad se han diversificado en la Ciudad de México, sin embargo, se han enfrentado a la realidad urbana y social, como temas que forman parte de los pendientes para lograr una buena adopción de la innovación.
Uber ha dado paso en firme sobre la nueva propuesta de movilidad que piensa traer a México y lo ha hecho agregando un apartado a su sitio web, dando pistas de cómo será su nuevo servicios de bicicletas y monopatines eléctricos.
La plataforma ha anunciado que comenzará a rentar bicicletas eléctricas a través de la app de Uber, por lo que ampliará la oferta de servicios que actualmente ofrece su aplicación.
Entre las cualidades tecnológicas de Jump, como se llamará su nuevo servicio, está que las bicicletas cuentan con rastreador GPS y sistema de bloqueo, por lo que las promociona como una opción de transporte ante contratiempos como el tráfico.
La forma de operar de la plataforma es similar al de los actuales dispositivos como Grin o Mobike, pues primero se tiene que encontrar el vehículo y se recibirá un código para poder desbloquearla, lo que hace suponer que las bicicletas tendrán un panel que registrarán esta clave.
Para dejar la bicicleta es necesario colocarlas en un aparcamiento, para que su candado en forma de u pueda asegurar el vehículo.
Hasta ahora no hay precios publicados ni registro de las ciudades en que comenzará a operar el servicio en México, lo que si existe es la pregunta sobre qué lecciones se ha llevado la plataforma, cuando hemos visto los problemas que otras marcas como Grin han enfrentado.
El reto de Uber
El reto de Uber estará en aprender de los errores y aciertos que se han llevado marcas como Grin, que a pesar de ser la única empresa de monopatines con permiso para operarlos en la Ciudad de México, los retiró por problemas de seguridad.
Hay una oportunidad para este tipo de marcas de generar no solo acciones tecnológicas, que impidan el robo de estos vehículos, se trata también de un reto cultural y de cómo las marcas deben asumir su responsabilidad social.
