Pero también decíamos que está emparentada con la voz latina “crescere”: crecer. En el Génesis del Antiguo Testamento aparece la siguiente frase: “Dios creó al cielo y la tierra de la nada”. En este contexto, la creación sería concebir desde la nada. Interesante, ¿no?
Bueno, algo que también decíamos era que la innovación es una acción de cambio para mejorar. Esta palabra procede del latín innovatĭo, -ōnis que a su vez se deriva del término innovo, -are“hacer nuevo”, “renovar”, que se forma con in- “hacia dentro” y novus “nuevo”. ¿Estamos de acuerdo?
Entonces, la creatividad es hacer algo de la nada y la innovación es una actualización de algo ya establecido para realizar algo mejorado y por ende nuevo. Por lo menos es lo que concluimos Pato y yo.
La innovación y la creatividad es una yuxtaposición en el pensamiento crítico para la mejora continua de procesos, como claro ejemplo tenemos el descubrimiento de la rueda.
Este objeto generó un cambio del mindset y por ende el avance de la humanidad.
Algo en lo que ambos estamos de acuerdo, es que estos dos conceptos son como comer papas fritas con catsup, ron con cola, tacos con salsa, el detalle es buscar una experiencia nueva de estas combinaciones y ¡vualáááá!, de repente se venden tostiesquites (la innovación del día a día).
La innovación es tener los ojos bien abiertos para encontrar cosas o ideas que podamos evolucionar, la mejor manera de estar atentos, es caminar por lugares nuevos, conocer nuevas ciudades, salir de la zona de confort (palabra o concepto muy choteado), probar comida diferente, cocinarla, ver películas, series, instagramear, investigar, hablar y socializar con personas que no conoces.
Finalmente parte de todo esto es la transdisciplina y esto es un cruce de conocimientos diferentes que en primera instancia no tienen cabida en un mismo lugar, pero que al cruzarlos se genera una nueva perspectiva.