• Durante el mes de julio, en cifras del Banco de México, las remesas sumaron ingresos por tres mil 532 millones de dólares

• Estos recursos fueron ingresados al país a través de unas 10.3 millones de transferencias distintas

• Considerando que el promedio de estas transacciones fue de 343 dólares, hasta unos 154 dólares por cada operación se habrían invertido en salud

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Uno de los grandes argumentos en pro de la rápida recuperación de México en torno a la crisis económica causada por la COVID-19 de parte del Gobierno federal han sido las remesas. Una y otra vez, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha agradecido a los paisanos de Estados Unidos (EEUU) que envían dólares a sus familias en el país. Pero hay un problema que podría poner en jaque esta narrativa. Una parte importante de este dinero se va a la salud.

Específicamente, de acuerdo con Milenio, en algunos casos hasta el 45 por ciento de las remesas, cerca de la mitad, podría estarse dedicando a gastos de salud. La declaración parte de un análisis de BBVA, que apunta que entre julio de 2019 y ese mismo mes de 2020, creció el flujo de dinero por este concepto en un 7.2 por ciento. Pero por la pandemia de COVID-19, los hogares que las reciben han quemado una parte significativa de ellas en gastos médicos.

Según el reporte de BBVA, en promedio el 72 por ciento de las remesas se siguen utilizando en comida y ropa, históricamente la categoría que más captura el uso de estos recursos. Poco menos del 10 por ciento se dedica a pagar deudas. Pero el 31.3 y el 45.9 por ciento (promedio en hombres y mujeres que envían este dinero, respectivamente) se van a los gastos de salud. Entre los conceptos se cuenta atención médica, medicina, pruebas de laboratorio y hospitales.

¿Qué significa esto para el estado económico y de salud en México?

Hay una clara intersección de los temas más preocupantes a escala global. No es algo nuevo. Ya desde mediados del año se decía que la población le temía más a una crisis financiera que a la situación de salud. Al mismo tiempo, tendencias como #LordEsMiCuerpo muestran que una parte de la población tiene el tema médico muy presente. Estas tendencias se ven tanto en el Informe de Gobierno como el etiquetado frontal y las legislaciones en comida chatarra.

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Por desgracia, el tema de las remesas demuestra que se está creando un difícil círculo vicioso en México que podría ser difícil de romper si no se actúa cuanto antes. Es evidente que hay muestras de recuperación económica, tanto en la forma como crecen este flujo de ingresos del extranjero como en la instauración de la nueva normalidad. El dinero de nuevo corre, tal vez de poco en poco, a las familias. Pero mientras siga la crisis de salud, los avances serán mínimos.

Lo único que se logrará si la pandemia y otros efectos colaterales de la crisis sanitaria siguen afectando a los ciudadanos de México, es que su dinero tendrá que destinarse a la salud. Tal y como sucede en el caso de las remesas. De poco servirá la recuperación de la economía si el ingreso adicional se debe destinar a facturas médicas. Los gobiernos deben crear sistemas de soporte sólidos que afirmen el bienestar de las familias. O, cuando menos, apoyen sus gastos.

Nuevos hábitos en la población de México

Estos fenómenos se están combinando con un cambio crucial en el comportamiento de todo el público en torno al sector salud. Y hay varias muestras de esta evolución. Marcas como son Zara y McDonald’s están creando nuevos productos, o modificando los existentes, para darle satisfacción a la audiencia en sus nuevas necesidades. Por eso también hay una reticencia a adoptar la nueva normalidad y se ve la expansión de agentes como Walmart en el área health.

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