Los Peugeot son grandes autos, confiables, seguros, pero hay un detalle de diseño que atrae a los delincuentes.
La compañía líder en snacks en Argentina, PepsiCo, cerró su planta en Buenos Aires. Los empleados tomaron la empresa y la policía los desalojó reprimiendo. No saldrá nada bueno de todo esto para la marca.
Se trata de unidades Honda Accord que tienen un defecto de sellado en uno de los terminales y que en determinadas condiciones puede provocar un incendio en el motor. Ya hubo cuatro casos.
Un cliente vio que en un supermercado argentino se vendían huesos de pollo –sin nada de carne– envasados en una bandeja. Consecuencia: viralización, uso político, hablan de error y, obviamente, crisis de marca.
La empresa de componentes no pudo salir a flote de las multimillonarias multas que recibiera por sus dispositivos defectuosos en todo el mundo.
Un elemento fundamental dentro de un plan de trabajo de marketing y relaciones públicas es la generación de una estrategia para el manejo de crisis, una realidad que ninguna marca está exenta de atravesar en algún momento de su existencia, y que puede dañar seriamente su reputación e incluso su permanencia en el mercado.
Cercado por críticas y acusaciones, y presionado por la junta directiva, el CEO de Uber debió renunciar. Sin embargo, muchos empleados quieren que vuelva.
El comercial que Pepsi levantó a las pocas horas de publicado no se olvida. Un grupo de manifestantes hizo su propia versión. Fue en Portland.
Estimados de Statista (Digital Market Outlook) advierten que el número de usuarios de redes sociales será de 61 millones en México para este 2017.
La Justicia de Tailandia ordenó la detención de Vorayuth “Boss” Yoovidhya, el heredero de la mitad del imperio Red Bull.
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