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Joel Gomez

Columna #100: ¿Sabes cuándo es el momento oportuno para independizarte?

En la columna pasada hablé sobre “10 cosas que tienes que hacer antes de renunciar para poner tu propio negocio”, y derivado de los comentarios ahí vertidos por algunos lectores, creo que surgió un tema relacionado: ¿cuándo es el momento oportuno para independizarte?

En la columna pasada hablé sobre “10 cosas que tienes que hacer antes de renunciar para poner tu propio negocio”, y derivado de los comentarios ahí vertidos por algunos lectores, creo que surgió un tema relacionado: ¿cuándo es el momento oportuno para independizarte?

Primero que nada resulta importante distinguir “las razones” de “el momento” para independizarte. Razones para independizarte puede haber muchas, y tal vez muchas de ellas sean razones “incorrectas” o al menos motivos que te llevan a la decisión de independizarte en lo que tal vez no sea el momento más oportuno.

Por ejemplo, algunas razones para ser independiente pueden ser: (a) quiero ganar más dinero, (b) quiero salirme de casa de mis papás, (c) ya no aguanto a mi jefe, ya no quiero ser empleado, (d) quiero ser mi propio jefe para tener mayor flexibilidad en mis tiempos y un balance más adecuado entre mi vida personal y trabajo. Si bien todas ellas pueden ser razones válidas, si nos dejamos presionar por alguna de ellas, tal vez nos orille a tomar una decisión de vida en un momento inadecuado.

En cambio, cuando hablo de “el momento oportuno” para independizarte me refiero a que tus circunstancias de vida, junto con el entorno socio-económico, sean las más apropiadas para tomar esa gran decisión que conlleva tanto oportunidades como riesgos claros y tangibles. Como lo comenté la semana pasada, mucha gente no se ha animado a independizarse principalmente por el miedo a perder la seguridad que representa recibir un sueldo quincenal o mensualmente. Además de ello, invertir nuestros ahorros en un negocio que no sabemos si va a rendir frutos, es aterrador para muchos.

Entonces ¿cuál es el momento oportuno para independizarte? Si bien no existen fórmulas exactas que nos ayuden a saber cuál es el mejor momento para dejar la vida de empleado en búsqueda de lograr la tan ansiada independencia laboral y financiera, creo que es posible detectar ciertos factores que nos ayuden a mitigar riesgos o a mejorar las oportunidades de éxito cuando queremos emprender un negocio propio.

Veamos a continuación algunas de estas circunstancias, señales o factores que te ayudarán a saber si estás en el momento oportuno para ser independiente.

1) MI CARRERA COMIENZA APENAS, TENGO POCO O NADA QUE PERDER. En diversas instituciones educativas, particularmente privadas, se les inculca a los alumnos “el valor del emprendimiento”. Incluso varias universidades cuentan con incubadoras empresariales y parques tecnológicos que apoyan a los estudiantes -tanto de licenciatura como de posgrado- para que se animen a arrancar su propia empresa. Por su parte, el gobierno federal a través del “Instituto Nacional del Emprendedor” fomenta la creación y consolidación de micro, pequeñas y medianas empresas.

Cuando estás (a) recién egresado, (b) sin hijos ni compromisos económicos relevantes, (c) si todavía cuentas con apoyo económico de tus padres, y/o (d) tienes un buen CV académico, puedes darte el lujo de cometer errores. Es viable “arriesgar” uno, dos o hasta tres años de tu vida profesional para lanzar tu propio negocio. Si después de un plazo razonable las cosas no funcionan, seguirás siendo lo suficientemente joven como para tocar puertas y conseguir un trabajo decente y acorde a tus aptitudes.

2) TENGO AHORROS SUFICIENTES PARA ARRANCAR UN NEGOCIO. Quienes son organizados y tienen el hábito del ahorro, tal vez tengan el suficiente capital como para iniciar un negocio pequeño o mediano. Tu capital debe servirte no solo para arrancar la empresa, sino también para vivir sin muchas limitaciones durante al menos el primer año de vida de la misma. Ojo con las frases “dios aprieta pero no ahorca”, “donde comen uno comen dos”, “si no tengo para comer pues me aguanto”, pues además de denotar conformismo, te pueden poner en un estado mental peligroso. Cuando no estás bien en lo económico, difícilmente tienes la energía, concentración y pasión necesaria para sacar a flote un negocio incipiente.

3) TENGO UNA CARRERA PROFESIONAL PRÓSPERA, GOZO DE BUENA REPUTACIÓN. Para quienes no son tan jóvenes, las cosas no son tan sencillas. Cuando te encuentras a la mitad o en el ocaso de tu carrera profesional, seguramente estás casado, tienes hijos, estás pagando una hipoteca, tarjetas de crédito, becas, colegiaturas y otros gastos fijos. Todos estos compromisos económicos suelen convertirse en un grillete a la hora de tomar la decisión de independizarse. Pero si durante los últimos 10, 15 o 20 años has gozado de una buena reputación en el mercado, tienes una carrera profesional sólida y destacada, has obtenido reconocimientos en la industria y cuentas con un posgrado, tal vez sean todos ellos factores que te ayuden a tener mayores posibilidades de éxito en un emprendimiento.

4) TENGO UNA GRAN IDEA Y PUEDO CONSEGUIR FONDOS. Si todo lo anterior no es tu caso, a lo mejor tienes una gran idea de negocio, algo novedoso, poco explotado, con mucho potencial de desarrollo y además tienes un “socio inversionista” o puedes conseguir recursos para arrancar un negocio, tal vez este sea el momento oportuno para independizarte. Ten cuidado con “los socios inversionistas”, por una parte siempre será una buena idea comenzar un negocio con dinero ajeno, pero por otro lado los socios capitalistas seguramente querrán tener el control de la empresa si es su dinero el que está en riesgo.

En cualquiera de los anteriores escenarios, siempre es indispensable buscar asesoría especializada (legal, contable y financiera) para desarrollar un plan de negocios que te brinde la certeza de que vas por buen camino.

A mi me tomó casi 15 años (después de terminada mi carrera) tomar la decisión de ser independiente. A veces me pregunto “¿por qué no tomé antes esta decisión?”. Sin embargo creo que las cosas pasan por algo, y los tiempos y circunstancias de cada persona son diferentes. A los casi 4 años de haber fundado mi despacho, en ninguna ocasión he salido a la calle a tocar puertas, ni he hecho llamadas o enviado correos para ofrecer mis servicios. Las buenas oportunidades en los negocios pocas veces son fortuitas, hay que diseñar nuestro propio futuro.

Desde luego cualquier emprendimiento es complicado, pero si además de buscar “el momento oportuno” planeamos bien a dónde y cómo queremos llegar, no hay razón para el fracaso. ¡ÁNIMO EMPRENDEDORES, EL 2015 ES UN BUEN AÑO PARA LOGRAR NUESTROS PROPÓSITOS!

< Esta es mi columna #100 en Merca 2.0, pero considerando que antes publicaba en otro medio del Grupo de Comunicación Katedra, creo que en realidad sería como la 150. A fin de cuentas lo importante es que he encontrado en este lugar un medio para comunicar ideas, reflexiones, consejos y experiencias relacionadas con la convergencia de las tecnologías de información, la mercadotecnia, el emprendimiento y el derecho. Agradezco el espacio y las atenciones a los directivos y editores de Merca 2.0, particularmente a Andrzej Rattinger , Álvaro Rattinger, Liz Puon y Salvador Vega. Pero especialmente estoy agradecido contigo mi estimado lector, por interesarte en los temas que aquí comparto. >

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