En medio de la pandemia, AT&T anunció que Randall Stephenson, CEO de la compañia, renunció después de 13 años al frente de la misma.

La noticia se dio a conocer en la reunión anual de accionistas, misma que se realizó hasta ahora debido al brote de coronavirus.

Al anunciar su retiro, el todavía CEO de AT&T, indicó que “ha sido un período increíble en el que he tenido el privilegio único de dirigir AT&T a través de una transformación emocionante”.

Al mando de Stephenson, AT&T cerró la compras de DirecTV durante 2015 y Time Warner en 2018. 

Cabe destacar que, si bien en su momento estos movimientos fueron bien recibidos, con el paso del tiempo se han llenado de dudas ante la tendencia a la baja que registra el mercado de la televisión de pago en el mundo. como lo que algunos inversores habían estado clamando por cambios en el liderazgo durante algún tiempo.

Momento de transición

De esta manera, se espera que Randall Stephenson, se mantenga como CEO de AT&T hasta enero del siguiente año para “garantizar una transición sin problemas”, en la que John Stankey, actualmente director de operaciones de AT&T y anteriormente jefe de WarnerMedia, asumirá el cargo de CEO.

A decir de la compañía, la salida de su CEO cierra la última etapa de un “proceso de planificación de la sucesión” que comenzó en 2017. Recordemos que Stankey recientemente entregó el papel principal de WarnerMedia a Jason Kilar, cofundador de Hulu, quien toma las riendas el próximo mes. La unidad, que incluye HBO, es vista como una pieza vital del futuro de AT&T en la era del streaming.

En este sentido, la búsqueda de innovación es la constante y todo parece indicar que la llegada de directivos más jóvenes a la empresa y con experiencia en el terreno de las nuevas dinámicas de entretenimiento es la estrategia de AT&T.

Innovación ¿un tema generacional?

El camino que ahora sigue AT&T es el mismo que se ga visto replicado en meses recientes por otras grandes empresas, mismas que parecen sustituir a sus directivos más longevos y con mayor experiencia por otros colaboradores que aunque tienen experiencia en las empresa son más jóvenes y tienen una visión de negocio distinta.

En un mundo que presenta cambios radicales de manera constante y a ritmos acelerados, llevar a buen puerto una idea con el potencial de convertirse en una verdadera innovación se ubica como el punto de quiebre para la mayoría de las organizaciones.

Basta con reconocer que el 37 por ciento de los responsables de negocio no ha cambiado en lo absoluto su enfoque de innovación en los últimos tres años, aún y cuando los cambios en materia social, tecnológica y empresarial son evidentes y contundentes.

Este problema podría responder a la ruptura generacional que se vive en los puestos de liderazgos con las nuevas normas de competencia en el mercado. El informe de PA Consulting Group detalla al respecto que “en esta época los altos ejecutivos cada vez se sienten más desconectados de los cambios tecnológicos que impulsan los negocios y el cambio social”, con lo que el 50 por ciento de los colabores de las empresas no cree en que sus líderes puedan mostrar plenamente la visión y pasión necesarias para que la innovación suceda.

Aún con estas cifras, lo cierto es que sería un error despreciar la experiencia que las generaciones maduras aportan al crecimiento de un negocio, caso que se repetiría al alejar las visiones del mundo mundo con las que contribuyen las nuevas generaciones. El gran reto será encontrar un punto medio en donde la generación X es un puente para conectar ambos segmentos contradictorios.