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Promoción: Marcas y marcadores

A la espera de lo que puede llegar a ocurrir, no se descarta que AB InBev tome acciones legales en contra de la FIFA por incumplimiento del contrato respectivo.

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UN MUNDIAL CALIENTE (2)

La FIFA se acaba de meter en un problema mayúsculo. A última hora, y con el balón a punto de rodar en tierras cataríes, la Casa Real de ese país decidió que no se autoriza la venta de cerveza en los estadios que albergaran los partidos de la Copa Mundial y que ésta sólo podrá ser adquirida en zonas restringidas, controladas fuera de los recintos oficiales; los llamados Fan Zones y en determinados bares autorizados.

La situación no debería de salirse de control, de no ser que se trata de uno de los patrocinadores con los que cuenta el organismo. AB InBev, es quien produce Budweiser, la cerveza oficial de la Copa del Mundo, en una relación que data desde hace más de treinta años.

En preparación para tan importante evento, la marca lanzó en septiembre una campaña llamada “The World is Yours to Take”, que fue presentada en más de 70 países. Protagonizada por el popular rapero Lil Baby, utiliza un remake de la icónica canción de los años ochentas, “Everybody wants to rule the world”, que originalmente era interpretada por Tears for Fears.

En Hispanoamérica, uno de los mercados más importantes para la marca, a la versión original se le agregaron estrofas interpretadas por el rapero argentino Paulo Londra e incluyó la participación de tres figuras del futbol internacional como Lionel Messi, Neymar y el delantero inglés Raheem Sterling.
Según algunos reportes de prensa, Budweiser desembolsa una cantidad cercana a los $75 millones de dólares cada cuatro años por ligar su imagen de marca a la de la Copa del Mundo y es precisamente el momento más esperado por la compañía, no sólo para darse a conocer como patrocinador del evento, sino también para expender sus productos en el estadio y que puedan ser consumidos en el interior mientras los partidos se están jugando.

La decisión de las autoridades de Catar supone un durísimo golpe para la credibilidad de la FIFA hacia sus auspiciantes, que ya se había puesto en entredicho días atrás cuando cuatro de ellos (Adidas, Coca-Cola, McDonald’s y AB InBev), todos unos pesos pesados y que aportan la mayor cantidad de dinero que el máximo organismo futbolero recauda por este concepto, urgieron a la entidad a que reconociera el grave problema que el país sede había tenido con respecto a los derechos humanos de los obreros inmigrantes muertos en la construcción de los estadios y que se instituyera un fondo de ayuda para compensar a las familias que quienes habían perdido a un ser querido en estas tareas.

Al momento de escribir estas líneas, AB InBev aún no había tomado una decisión sobre las acciones a tomar con respecto a la determinación de las autoridades de Catar y únicamente se limitó a pasar de la incertidumbre de recibir la noticia a la que respondió en redes sociales con un posteo que lacónicamente expresaba “bueno, esto es incómodo”, a tomar una postura más radical con el paso de las horas en la que señalaba que “algunas de las activaciones planificadas del estadio no pueden avanzar debido a circunstancias que escapan a nuestro control” en clara alusión al desmantelamiento de las carpas ubicadas al interior del estadio en donde se venderían sus productos.

A la espera de lo que puede llegar a ocurrir, no se descarta que AB InBev tome acciones legales en contra de la FIFA por incumplimiento del contrato respectivo.

Esto podría incluir demandas millonarias ya que impiden a la empresa mostrarse en los momentos más importantes del auspicio y por supuesto, la imposibilidad de
recuperar gran parte de su inversión cuatrianual al no vender sus productos.

También es una interrogante saber que ocurrirá con el producto que se iba a vender en los recintos y que venía embotellado en un envase conmemorativo y alusivo a la ocasión.

EL FUTURO DEL CONVENIO

Más allá de cómo termine el acontecimiento catarí y a la espera de que no se produzca un rompimiento definitivo de la relación, el futuro entre AB InBev y la FIFA debería de ser más terso en los próximos años.

La siguiente Copa del Mundo (United 2026) a celebrarse en los Estados Unidos, México y Canadá ayudará a apuntalar una relación que data de mucho tiempo atrás y en donde el accidente de este año debería de superarse para dar paso a una nueva etapa en donde la marca norteamericana tendrá en su territorio, la oportunidad de mostrarse que ahora se le niega en las tierras en las que se disputa este Mundial tan caliente.

Por último, el que esto escribe aprovecha la ocasión para mandar a mis amables lectores mis mejores deseos para estas fiestas de Navidad, esperando igualmente, que el próximo año sea sumamente venturoso para todos.

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