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De acuerdo con Statista, el país donde el buscador de Google tiene mayor poder es Brasil, con 96 por ciento del mercado
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Internet Stats apunta que la tecnológica registra más de cuatro mil millones de búsquedas diarias
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Las subastas para fomentar la competitividad en Android empezarían a mostrar resultados a partir de enero de 2020
Si bien hay varios motores de búsqueda disponibles en la web, el de Google domina casi por completo el mercado. Para abril de este año, según Statista, 88.47 por ciento de los usuarios prefirieron el sistema de esta tecnológica frente a sus rivales. Para el negocio de la subsidiaria de Alphabet, el status quo es una verdadera mina de oro. Pero los reguladores europeos creen que se trata de una afrenta a los principios de competitividad, en especial en el entorno móvil.
Bloomberg apunta que Google ofrecerá espacio en Android para buscadores rivales. La decisión llega después que la Unión Europea (UE) la obligara a defender la competitividad en la industria bajo amenaza de multa. Ahora, la subsidiaria de Alphabet ofrecería a tres de sus competidoras la posibilidad de venir pre-instaladas en el sistema operativo. Para elegir qué software tendrá el privilegio de participar, la tecnológica iniciaría un proceso de subasta.
Monetizando la competitividad
Reguladores en el mundo buscan, con cada vez más insistencia, fomentar la competitividad en las diferentes industrias. En especial aquellas relacionadas con el sector tecnología. Amazon está bajo el asedio de autoridades en Reino Unido y la UE por sus agresivas estrategias comerciales. El bloque europeo también amonestó severamente a Qualcomm por un caso que tuvo lugar a inicios de la década.
La preocupación que estas compañías de tecnología tengan un monopolio en sus respectivos mercados tampoco es nueva. Durante la comparecencia por Cambridge Analytica, reguladores de Estados Unidos (EEUU) no pudieron hacer que Mark Zuckerberg nombrara a un solo competidor directo. Varios expertos y medios también señalan que la economía americana, y por extensión la global, también se ha convertido en un espacio frecuente para monopolios.
Es necesario que las compañías empiecen a integrar la defensa de la competitividad en sus modelos de negocio. Pero convertir esta lucha en una fuente de ingresos adicional no parece un movimiento inteligente. Tal vez cumplirían las exigencias de las autoridades. Pero a la vez conseguirán que se alcen más dudas y protestas entre el público. Una solución sencilla sería conservar la subasta, pero redirigir sus ganancias a un proyecto de carácter social.
Al menos así se podrían acallar parte de las preocupaciones y voces más fuertes que claman a favor de una separación completa de las diferentes unidades de negocio de estas marcas.