Aunque siempre operó con incertidumbre, el Windows Phone, de Microsoft, nunca logró obtener más del 1 por ciento del mercado, mientras que Android posee más del 70 por ciento de los celulares del mercado e iPhone, de Apple, menos del 30 por ciento.

Los avisos comenzaron desde el 2015, cuando Microsoft despidió a siete mil 800 empleados de su área mobile, siendo que en 2014 logró la adquisición de Nokia, por 7 mil 200 millones de dólares, pero sus lanzamientos nunca lograron ganar el gusto del público, por lo que se preveía una derrota de la marca que finalmente ocurrió.

Recientemente, Microsoft anunció que dejaría de actualizar la versión de Windows Phone, el cual se queda en la versión 8.1, es decir, la marca solo duró tres años en el mercado. Si bien no marca el final inesperado para los usuarios, sí es un mal panorama de telecomunicaciones para la compañía de Bill Gates.

Windows Phone 7 fue lanzado en 2010 como un intento de respuesta de Microsoft al iPhone y a Android, y entre sus promesas destacaba una plataforma móvil “centrada en el consumidor” en lugar de abastecer al negocio telefónico, sin embargo, clientes mostraron siempre molestias por el escaso soporte digital de su sistema operativo, aunado a que la tienda de aplicaciones era pobre de opciones.

En una época donde los escándalos por mal servicio no volvían virales, Microsoft tuvo la suerte de aplicar el prueba y error sin realmente pagar las consecuencias como sí lo hizo Apple y Samsung.

No obstante, Windows Phone 8.1 finalmente ofreció una cobertura completa a lo que sus usuarios siempre buscaron, no obstante, la tienda de aplicaciones se quedó atrás, ya que los desarrolladores nunca se mostraron interesados por incursionar en Microsoft.

Para rescatar lo que queda, ahora Microsoft buscará sincronizar aplicaciones con los usuarios de computadoras y Windows 10 para que funcione como una extensión, claro, si es que queda usuarios de Windows Phone.