El mago bajo la piedra. Uno de los magos de mayor reconocimiento en el Páramo de las ficciones; un mago con la responsabilidad de un reino y la tutela de un futuro rey.
La narraciĂłn de Thomas Malory en el texto “La muerte de Arturo” podrĂa ser la que mejor describe el contexto del Rey Arturo y las hazañas de los caballeros de la mesa redonda.
En el primer capĂtulo de la narrativa aparece un mago disfrazado de vagabundo de nombre MerlĂn. Un momento en el que uno de los enviados del rey Uther PendragĂłn le solicita se presente ante Ă©l; con la intenciĂłn de pedir un deseo que solo los magos son capaces de cumplir. En este caso, la conquista de Igraine la futura reina. Con la promesa de que al concebir el primer hijo, este pasarĂa a ser responsabilidad del mago MerlĂn.
La concepciĂłn como un dĂa cero o un inesperado “reinicio” fabrica en la verdad absoluta de las ficciones, la oportunidad de transformar la anterior realidad y lograr mediante esta disrupciĂłn un viraje de las historias que se intentan contar. Este punto de inflexiĂłn sea provocado en modo consciente o simplemente se tropiece con Ă©l en una aparente casualidad, es de facto uno de los anzuelos a los que nos podemos asir para mejorar los “cĂłmos”, es preciso en esta parte del tridente de los emprendimientos en el que se generan las restricciones, conocidas tambiĂ©n como cuellos de botella.
Las organizaciones en un sentido acadĂ©mico cuentan con el planteamiento del “para qué” o propĂłsito, los “cĂłmo” (procesos) figuran la transiciĂłn entre el para quĂ© y el “qué” (el entregable). En este esquema, la mayorĂa de las restricciones habitan, nacen y perduran en los “cĂłmo”, es en este espacio en el que las tareas constipan a la organizaciĂłn. ÂżEn quĂ© punto del trayecto, deberemos intervenir con “la magia” de la direcciĂłn? Esta magia, responsabilidad Ăşnica del director, podrĂa ser el ingrediente insustituible en quienes actĂşan como tales en los distintos emprendimientos.
El profesor Carlos Llano describiĂł esta cualidad de la direcciĂłn como “la soledad del director”, un lugar en el que la magia personal actĂşa en singular, sin importar la cantidad de caballeros sentados entorno a la mesa redonda de los consejos. Tal vez, el encierro sufrido por el mago bajo la piedra, a causa de su pasiĂłn, es en similitud, el claustro que recorren los lĂderes tras cada chirrido ocasionado por las cerraduras en sus despachos.