Durante muchos años, el futbol mexicano vivió aletargado e inmóvil. Bajo la falsa premisa de que era un deporte que se “vende sólo”, nuestra doméstica competición permaneció sin cambios y con un formato que cada vez conquista menos a los aficionados, principalmente a los más jóvenes y pierde enteros torneo tras torneo.
Pero esta inmovilidad no sólo afectó a la Liga, también los clubes se paralizaron durante mucho tiempo. Con ello se perdieron muchas cosas que antes se tenían.
Para muchos la zona de confort en la que se encontraban era un lugar sumamente apacible de la que no deseaban salir. Así que mientras ligas y clubes en otras partes del orbe, se lanzaban a conseguir seguidores en distintas latitudes, los equipos mexicanos se sentían cómodos con la base de aficionados que cada quien lograba cautivar en el país.
Hace algún tiempo, alguien descubrió que el llamado “mercado de la nostalgia” de nuestros connacionales en los Estados Unidos, también podría extrapolarse al balompié y empezaron unos tibios esfuerzos por adentrarse en el territorio de nuestros vecinos del norte.
De la mano de Soccer United Marketing (SUM), la selección nacional lleva ya tiempo celebrando más partidos amistosos en la Unión Americana que disputando juegos oficiales en suelo mexicano.
Y aunque algunos clubes también se aventuraron a la travesía de generar vínculos (e ingresos) en esos terruños, sus esfuerzos parecían más acciones aisladas, que una estrategia definida para captar seguidores permanentes.
LA NECESARIA MODERNIZACIÓN
Recientemente algunas noticias esperanzadoras empezaron a sonar trayendo aires frescos de actualización a algunos equipos de la liga mexicana que debe salir ya de su zona de confort y de su inexplicable inmovilidad.
La última de ellas corresponde al Guadalajara, que buscar echar sus redes en China, un mercado que en los últimos años ha sido fuente de nuevos ingresos para una lista interminable de equipos europeos que ante la imposibilidad de seguir creciendo en sus propios territorios, encontraron allí un sitio apropiado para hacer sonar su caja registradora.
Al asociarse con Dongqiudi, la app más popular en territorio chino, Chivas se convierte en el primer club nacional que incursiona en Asia y en donde podrán ser vistos sus partidos vía streaming en aquella nación.
Ojalá que el desembarco en esas tierras no se remita únicamente a la firma de dicho acuerdo y ya. Dejarlo así sería simplemente un hecho anecdótico más pero no una verdadera estrategia de conquistar distintos mercados a los cuales ofrecerse sino una acción aislada que no conlleva nada detrás.
Para reforzar lo anterior, Chivas tendría que abrir cuentas en las distintas redes sociales que operan en el país y que son muy distintas a las que estamos habituados a manejar en esta parte del planeta. Incursionar en Weibo por ejemplo, podría permitir conectar en su propio idioma con todos esos nuevos aficionados que el Guadalajara está buscando en aquellas tierras.
Pero no sólo eso, también en su página web, Chivas debería de tener una sección en mandarín como actualmente la tiene en inglés. Al momento de lanzarse a la internacionalización, se debe de estar consciente que los aficionados pueden llegar desde cualquier parte del mundo y se debe de estar preparado para ello.
Y aunque en China hay una parte de la población que habla inglés, si verdaderamente se desea darle una real experiencia de todo lo que rodea al Guadalajara más allá de la simple emisión de los partidos a través del streaming, hay que considerar a los nuevos aficionados y hablarles literalmente en su propio idioma. ¿Está en chino hacerlo?
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