La presencia laboral de las mujeres es cada vez mayor en sectores e industrias, hasta hace poco, ‘reservadas’ a los hombres, aunque esta participación es inversamente proporcional a la categoría del cargo. A más alta posición, menos mujeres las que suelen estar presentes.

De hecho, según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), las mujeres sólo ocupan un 10 por ciento de los altos cargos de dirección empresarial, a lo que se suma que este género sufre de mayor desempleo frente a los hombres, con tasas del 20 por ciento y 17 por ciento, respectivamente, según datos de 2016 del INE.

Estos obstáculos también están presentes a la hora de hacerse emprendedora, pues las mujeres ponen en marcha menos proyectos de este tipo, con un 40 por ciento del total, según datos de Global Entrepreneurship Monitor.

Estas cifras generales ofrecen un panorama sobre la situación laboral de las mujeres, quienes este miércoles celebran el Día Internacional de la Mujer. Un momento que sirve para señalar, que incorporarse al mundo laboral, siendo mujer, lleva a tener que enfrentar notables obstáculos, como los que destacan desde IMF Business School:

• Disparidad salarial. Sigue siendo un hecho y en el caso de España, las mujeres reciben un 18,8% menos que los hombres, según Eurostat. Una diferencia salarial que por tanto también acaba repercutiendo en las pensiones.

• Dificultades de promoción. Los expertos afirman que a ellas se les exige más y se las valora menos. Estereotipos que se creían superados, vuelven a resurgir acusándolas en la mayoría de los casos de falta de liderazgo.

• Falta de equilibrio entre ámbito personal y profesional. Aunque cada día las empresas apuestan más por horarios flexibles de acuerdo a las necesidades de las plantillas y a los objetivos, y sistemas de promoción basados en el mérito y capacidad, en nuestro país, el 18% de las mujeres ha sufrido presiones por parte de la empresa al quedarse embarazada. Incluso una de cada cuatro de edades comprendidas entre 18 y 25 años fueron despedidas poco después, según un estudio del Instituto de Política Familiar (IPF).

Obstáculos sobre los que se trabaja para su eliminación, pero cuya velocidad de resolución, sigue siendo bastante lenta, debido a la cultura aun imperante en materia laboral cuando se trata de ‘asignar’ diferencias de género.