Es como el Monte Everest del mundo corporativo: CEO, CMO, COO, CIO… cualquier título que empiece con “Chief” suena a logro máximo. Pero lo que nadie te dice es que, una vez ahí, la vista no siempre es tan espectacular como prometían.
Yo lo he sido. Chief Marketing Officer en Grupo Carso por 10 años, CEO en un par de agencias Top, Country Manager. Cierro los ojos y tengo presentes los días llenos de juntas, decisiones estratégicas, presentaciones a consejo, P&L, recortes (que estrés), contrataciones, despidos, presiones infinitas.
El cargo te da estatus, sí. Pero también te puede cobrar caro. Y entonces descubrí algo que cambió mi perspectiva: me hice Capitán de un velero. Literal. Con viento real, no simbólico.
Liderar no es mandar: es sostener el rumbo cuando todo tiembla
En una entrevista reciente, Gary Burnison, CEO de Korn Ferry —una de las firmas de talento más influyentes del mundo— dijo algo que me marcó: “El liderazgo no es un cargo, es una responsabilidad emocional. Es estar ahí cuando los demás necesitan claridad, aunque tú mismo no la tengas.” Eso me hizo sentido.
Porque en el C-Level te pagan por tener respuestas, pero tu verdadero valor está en saber hacer las preguntas correctas. En escuchar. En no reaccionar desde el ego. En cargar con la incertidumbre sin transferirla a tu equipo. En decidir… aunque no tengas red de seguridad.
Navegar también es liderar
Cuando estás en el agua, no importa tu título, tu MBA o tu experiencia. Importa cómo lees el viento, cómo interpretas las señales, cómo coordinas a tu tripulación. Importa tu temple. He tenido que tomar decisiones en medio de tormentas reales, de esas que no te hacen sentir microscópico. Y ahí entendí: no lideras con la voz, lideras con la confianza que inspiras, sobre todo con el valor y auto confianza. Y lo más curioso es que el cargo de Capitán tampoco me lo dieron. Me lo gané. Con cada error. Con cada maniobra mal ejecutada. Con cada día que el viento me enseñó más que cualquier manual corporativo y a las malas.
Navegar también es liderar
- Liderar no es imponer, es guiar
- No lideras por lo que sabes, sino por lo que haces cuando no sabes
- La autoridad se da, pero el respeto se construye
C-Level: el sueño de muchos, el reto de pocos y el privilegio de los que se lo ganan. Hoy, el título que más orgullo me da no lleva siglas. Lleva sol, viento y propósito. Y no lo cambio por nada.
Del traje al timón: reflexiones de un CEO que hoy es Capitán —literalmente— de su velero. También con “C” de Capitán