• Si algo nos han hecho entender los consumidores actuales es que los estereotipos sexistas ya no son rentables.

• El observatorio de la imagen de las mujeres recibió en 2019, 789 quejas de particulares sobre contenidos sexistas en la publicidad.

• Edelman señala que el 74 por ciento de las personas desean que las empresas encabecen un cambio.

 

Si algo nos han hecho entender los consumidores actuales es que los estereotipos sexistas ya no son rentables. Las mujeres actuales han roto con el paradigma, tantas veces explotado por la publicidad, de categorizarlas como las dueñas del hogar, eludirlas como entidades delicadas, de cuerpos que deben ser objeto de deseo de los hombres.

Estos clichés sexistas ya son cuestionados, ya no se reconocen en la actualidad, y es obligación de las empresas adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas demandas de los consumidores. Lo cierto es que hay sectores donde la explotación de estos clichés se expone más que en otros rubros de la publicidad. Por ejemplo los productos de limpieza o de belleza han basado gran parte de su publicidad en ahondar sobre ese cliché sexista.

También productos del sector de coches, cosméticos y de bebidas alcohólicas han enmarcado en sus comerciales mujeres para atraer la atención del consumidor, sin darse cuenta que de esa manera se perpetúa la imagen de que las mujeres solo son expuestas a los medios si sus cuerpos son aceptados por la masculinidad. En parte gracias al despertar feminista un sector de la población comenzó a cuestionarse por esos estereotipos y la cadena siguió hasta las grandes marcas.

Observatorio de la imagen y su estudio

El observatorio de la Imagen de las Mujeres recibió en 2019, 789 quejas de particulares sobre contenidos sexistas en la publicidad esto significa que las cifras descendieron un 17 por ciento respecto al año anterior. El descenso puede tener razón, según el estudio, a que los grandes anunciantes han comenzado a cuidar sus contenidos y sus mensajes. Esto también es eco de que este tipo de mensajes ya son castigados por la audiencia.

Recientemente, por ejemplo, se inició una demanda contra la cadena de Gimnasios McFit, al deducir que la publicidad de la cadena usó de manera injustificada el cuerpo de la mujer. El comercial se desenvuelve en primeros planos de los glúteos de una mujer.

Ejemplos como estos hay muchos. A continuación te presentamos algunos de los peores comerciales, por fomentar la violencia y los estereotipos sexistas.

Ariel

Este anuncio de Ariel refuerza patrones sexistas. En este caso el de la mujer cuidando a los hijo, y la responsable de las labores del hogar.

Cerveza Victoria

Hay campañas que siguen reforzando y explotando los argumentos clasistas. Desde inicio esta campaña de Cerveza Victoria se envolvió en polémica.

¿Te ofendiste por #LadyPrieta? Esta es la situación de muchos mexicanos. Siéntete orgulloso de tu origen porque #LoChingónEstáAquí pic.twitter.com/LhGMiTQmgK

— Cerveza Victoria (@VictoriaMX) June 27, 2017

Vicky Form

Las campañas solo obliga a las mujeres a encajar en un estereotipo de belleza y a estar sujeta a complacer al hombre.

 

Según el observatorio del Instituto de la mujer (OIM), en 2017 las denuncias de casos de publicidad sexista radicaron en el mal tratamiento de la mujer en la publicidad, con un 58,9 por ciento.

Paco Rabanne es otra marca que ha sido señalada como hacedora de publicidad sexista. En el comercial que anuncia el Pures Xs se ve a un joven frente al espejo y en otra parte de la habitación un séquito de mujeres le sigue los pasos con gestos y miradas deseosas, apenas el protagonista se coloca el perfume de Paco Rabanne y el grupo de mujeres caen desmayadas.

Cambio necesario

Según el barómetro de confianza de la empresa de relaciones públicas Edelman señala que el 74 por ciento de las personas desean que las empresas encabecen un cambio, en lugar de esperar a que el gobierno, o los estados, lo impongan. El mismo estudio señala que el 64 por ciento de los consumidores piensa que las marcas tienen el poder de impulsar transformaciones o resolver problemas sociales.