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El movimiento nos revela cómo las marcas de lujo prueban nuevos canales de venta, como ocurrió con Chanel abriendo por primera vez su tienda en línea en México.
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Hay estudios como “Luxury trend report 2020” donde se advierte de los desafíos para el mercado de lujo.
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Gucci se ha convertido de las marcas líderes en apparel, consideradas por Brand Finance como de las más valiosas en dicho sector.
Kering se ha hecho de un edificio en Francia para convertirlo en tienda Gucci, mejor dicho, en una mega tienda Gucci, dando cuenta de en qué gastan los gigantes de la moda en inflación y cómo destacan ante el consumidor.
Como Kering, un aspecto que llama la atención de la prueba que hacen las marcas de lujo en nuevos canales de venta lo vimos con Chanel, abriendo por primera vez en México su tienda en línea.
Mientras los gigantes sales de compras de propiedades, estudios como “Luxury trend report 2020” han advertido que los desafíos más importantes que están viviendo las marcas están el “compromiso de responsabilidad social corporativa (RSC)”, para un 63 por ciento de los profesionistas que se desempeñan en esta industria.
Para el 43 por ciento, el reto está en el comercio electrónico; 41 por ciento reconoció que el desafío se encontraba en expandir la base de consumidores a una más joven, una que incluyera a los millennials y a la Generación Z; mientras que un 19 por ciento dijo que el reto estaba en el Customer Relationship Management.
En qué gastar en inflación
La decisión de Kering de gastar 200 millones de dólares en un edificio para convertirlo en tienda, en medio de un fenómeno de inflación que se vive en el mercado internacional, parece ser un interesante caso del valor que tienen los puntos de venta físicos en este fenómeno inflacionario o una estrategia de preparación, para tener puntos de venta físicos listos, ante un eventual fenómeno postinflación.
El caso de Kering destaca, porque se trata de la compra de un edificio con ocho mil metros cuadrados por poco más de 300 millones de dólares, para convertirlo en tienda Gucci. La idea se ha acuñado como macroproyecto y además de hablarnos de que Gucci es la marca insignia de Kering, la acción destaca porque se ubica en el 235 de Saint-Honoré, enfrente de una tienda de Louis Vuitton.
El macroproyecto inmobiliario llama también la atención, porque se ha convertido en un interesante fenómeno de cómo están diversificando las marcas sus inversiones y encuentran en las propiedades una oportunidad clave para poder fortalecer su capital, tal como lo ha hecho Inditex, que le ha dado a Amancio Ortega, con un dinámico segmento locales y edificios, que incluso ha aprovechado para rentar a marcas.
La operación de compra-venta también sucede luego de que un medio galo informó que solo rentaría un piso del edificio para hacerse de dos mil metros cuadrados por doce millones de euros anuales, sin embargo, las condiciones han cambiado y nos dan un indicador de qué compran los gigantes de la moda cuando salen de compras en inflación.
De los detalles estéticos se sabe que el estudio de arquitectos Franklin Azzi es el que se ha quedado con el proyecto de acondicionamiento del edificio para el establecimiento insignia de Gucci, que evidentemente pondrá en vitrinas el trabajo de Sabato Sarno, el nuevo director creativo de la marca.
Este escenario se ha vuelto uno muy interesante en el mercado de cómo las marcas terminan involucrándose ante el consumidor y lo más importante es que logran detonar un segmento de ventas pensado en la capacidad de compra con que cuenta el consumidor.
La compra de un edificio para eventualmente convertirlo en una megatienda Gucci deja atrás la timidez con que se vendían productos de lujo en espacios reducidos o lugares a los que se tiene que hacer fila para poder entrar.
Hay un nuevo episodio en la historia del lujo que se está escribiendo en la actualidad, tal como lo vimos con Chanel, que recientemente abrió su tienda web en México y aunque solo vende maquillajes y perfumes de la marca, es una expansión de las marcas de lujo a canales de venta no antes vistos.
