Hasta el 80 por ciento del valor de una compañías está relacionado con sus medios intangibles mismos que se dividen en la marca corporativa y la reputación, de acuerdo con el Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership. Esto es en lo que podría resultar afectada Ikea luego de hacerse público que es investigada por presunta evasión fiscal.
Este lunes se dio a conocer que la Comisión Europea sospecha que la firma sueca creó dos grupos corporativos separados en Holanda, Luxemburgo y Liechtenstein, para poder “mover dinero y ganancias” y así “aprovechar los esquemas especiales de impuestos”.
La Unión Europea emprendió en 2013 una ofensiva contra la evasión fiscal, lo que ha llevado a compañías del tamaño de Apple, Fiat, Amazon, y Starbucks, entre otras, a ser investigadas por ‘jugar con las reglas’ y no pagar la cantidad de impuestos que debería.
De tal forma, desde Bruselas se abrió una investigación para entender los detalles sobre los acuerdos fiscales firmados entre el gobierno de Holanda e Ikea, mismo que pudo permitir al retailer la elusión fiscal por hasta mil millones de euros entre 2009 y 2014 -cerca de 166 millones por año, según informan diversos medios-.
En respuesta, Ikea niega cualquier tipo de mala praxis, asegura que cumple con la legislación vigente, de acuerdo con un reporte de Expansión. Sin embargo, el hecho que se inicie la investigación es por que desde la Comisión Europea tienen indicios de que algo ‘anormal’ está ocurriendo que está relacionado con la evasión de impuestos.
Si bien, es probable que no exista un acto ilegal, si no más bien, el uso de las leyes para no pagar tantos impuestos, lo cierto es que la imagen de la compañía no quedará muy bien después de todo. Al final, el consumido no puede implementar argucias legales (al menos no el grosor) para exentar el pago de impuestos.
Sin embargo, es importante señalar que muchas veces este tipo de acciones es permitida desde los propios países, pues como señalan muchos especialistas, se resisten a reclamar unas cantidades que mejorarían la recaudación de impuestos por el miedo a que las marcas opten por establecerse en otros territorios más permisivos.