Buenos Aires, Argentina.- En medio de una fuerte polémica por la muerta de un fiscal federal, las redes sociales en la Argentina –casi literalmente– ardieron. Tanto ha sido así que uno de los hashtag que ha estado dos días en los primeros lugares es #CFKAsesina, en referencia a la mandataria Cristina Fernández de Kirchner.
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En su casa en Buenos Aires, apareció muerto el lunes a la madrugada un fiscal argentino. No era cualquier fiscal, sino Alberto Nisman, quien días antes había presentado una denuncia contra varios funcionarios del Gobierno nacional, entre ellos, la propia presidenta: Cristina Fernández de Kirchner (CFK).
En el polémico texto (que se dio a conocer públicamente esta semana), el fallecido fiscal la acusa de ser parte del encubrimiento que ha impedido que se descubra quién o quiénes fueron los artífices del atentado a la mutual judía en 1994 en Buenos Aires, donde murieron 85 personas y que aún no ha ido a juicio.
En medio de esto, Nisman aparece muerto (todo indica que sería un “suicidio inducido” pero no están terminadas las pericias) y las redes sociales, como era de esperar, “ardieron”.
Desde el mismo lunes, distintos hashtag sobre el tema impulsados por los más críticos al gobierno se apoderaron de los primeros lugares, como “#YoSoyNisman” o “#MuerteDeNisman”.
Sin embargo, el que más llama la atención por la fuerza de la acusación y el cargo de la persona referida: “#CFKAsesina”.
Las redes sociales han sido protagonistas desde el principio en esta crisis. Fue por Twitter que un periodista dio la primicia en los primeros minutos del 19 de enero y ha sido por Facebook, en su cuenta oficial, que la propia presidenta se defiende de las acusaciones.
El cuerpo de Nisman fue hallado sin vida en su apartamento de Puerto Madero, un selecto barrio de Buenos Aires, con un tiro en la sien de una pistola calibre 22. Estaba dentro del baño, obstruyendo la puerta de entrada. Desde el gobierno se habló de “gran sorpresa” y de “apoyo” a las fuerzas de seguridad “para garantizar el esclarecimiento” de este “hecho doloroso”.
La denuncia de Nisman consta de más de 300 páginas amparadas por grabaciones telefónicas y con muchos argumentos basados en denuncias periodísticas que, según había dicho el fiscal, corroboraban sus acusaciones. Todavía el tema no está resuelto.