KFC cuya historia en el mercado mexicano comenzó durante 1963, dejó de ser una marca de cadenas de fast food con una publicidad esperada, hace algunos años, para identificarse como una de las firmas que apuesta por grandes ideas.
Es por ello que las acciones irreverentes que en las que se menciona la marca se dan por hecho como una estrategia de la misma, pero existen excepciones, tales como el siguiente caso.
Durante un control de tránsito, las autoridades de Arizona dieron con un cargamento de drogas valuado en 1 millón de dólares y explicaron que eso las llevó a descubrir un túnel de casi 182 metros de largo, por medio del cual se transportaban drogas. Lo más extraño es que iba desde un antiguo restaurante de KFC en Estados Unidos, hasta una casa en México.
De acuerdo con los documentos judiciales obtenidos por la afiliada de CNN KGUN, fue el 13 de agosto cuando la Policía de San Luis, en Arizona, vio al dueño del negocio abandonado sacando varios contenedores de plástico y subiéndolos a un remolque.
Los agentes hicieron que el hombre detuviera el vehículo por una infracción de equipo no especificado. Durante el control de tráfico, un perro de narcóticos alertó a las autoridades sobre la presencia de drogas en dos contenedores.
La policía calculó el valor total de las dogas en más de 1 millón de dólares. El sospechoso fue identificado en los documentos judiciales como Jesús Iván López García, quien enfrenta cargos federales incluyendo conspiración para la posesión con intención de distribuir metanfetamina y cocaína.
Según los registros del tribunal, López García compró la propiedad del túnel en abril de este año por 390 mil dólares. El lugar fue anteriormente un restaurante de la cadena de comida rápida Kentucky Fried Chicken. La demanda penal presentada sostiene que “la estructura estuvo vacante los últimos años y no se usó para negocios”.