Para la Generación Z ājóvenes nacidos entre 1997 y 2012ā el bienestar emocional no es un tema opcional ni marginal, sino un pilar sobre el cual construyen sus decisiones de vida, su identidad y su relación con el entorno. Los centennials o zoomers buscan dejar atrĆ”s los tiempos donde hablar de ansiedad, burnout o depresión era mal visto en la esfera pĆŗblica o profesional.
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SegĆŗn una encuesta realizada entre octubre de 2021 y julio de 2022, el 62.4% de los jóvenes Generación Z en Estados Unidos considera que la salud mental y el bienestar personal son āmuy importantesā en su vida cotidiana. Solo el 1.1% dijo que no era nada importante, y apenas un 7.3% opinó que no era āmuy importanteā.
š ĀæPor quĆ© esta generación es tan consciente del tema?
Varios factores explican esta nueva actitud:
- Crecieron en crisis: desde la recesión de 2008, pasando por la pandemia de COVID-19 y la emergencia climĆ”tica, hasta los tiroteos escolares y la polarización polĆtica, la Generación Z ha sido testigo āy vĆctimaā de un mundo inestable desde la infancia.
- Sobrecarga digital: al haber sido criados en internet, muchos Gen Z enfrentan niveles elevados de ansiedad, comparación social, acoso en lĆnea y exposición a contenido tóxico. Las redes sociales son una fuente constante de presión e inseguridad emocional.
- Mayor acceso a la información: a diferencia de generaciones anteriores, los zoomers crecieron con acceso inmediato a recursos sobre salud mental, terapeutas virtuales, y creadores de contenido que visibilizan diagnósticos como ansiedad, TDAH, trastornos de la conducta alimentaria o burnout laboral.
- Cambio cultural profundo: muchos jóvenes han entendido que priorizar la salud mental no es debilidad, sino autocuidado y resistencia.
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š¼ Lo que significa para el trabajo y la escuela
El impacto de esta conciencia se ve claramente en el entorno laboral y educativo:
- En el trabajo, los Gen Z evitan ambientes que generen estrĆ©s tóxico, burnout o explotación emocional. De hecho, un 42% ha dicho que renunciarĆa a un empleo si le impide mantener el equilibrio emocional y la vida personal.
- A nivel educativo, muchos jóvenes aseguran que su formación no los preparó emocionalmente para el estrĆ©s del entorno profesional. Por eso, el 47% de Gen Z desea recibir capacitación especĆfica en salud mental dentro de su lugar de trabajo, algo que generaciones anteriores ni siquiera habrĆan considerado.
- En su dĆa a dĆa, tambiĆ©n reportan con mayor frecuencia sĆntomas de ansiedad, insomnio, agotamiento mental o depresión. Pero, a diferencia de generaciones pasadas, buscan ayuda, lo comunican y le dan nombre a lo que sienten.
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š§ Cambiando las reglas del juego: lo que la Generación Z exige al sistema
Para esta generación, el cuidado emocional es parte del contrato social. Por eso estÔn impulsando transformaciones concretas:
- Empresas con polĆticas claras de salud mental: desde dĆas libres por bienestar emocional hasta acceso a terapia psicológica como prestación laboral.
- Educación emocional desde temprana edad: no solo quieren aprender matemĆ”ticas, sino herramientas para regular emociones, identificar el estrĆ©s y entender sus lĆmites.
- Liderazgos empƔticos: prefieren jefes con inteligencia emocional, que escuchen y comprendan los procesos emocionales de su equipo.
- Ambientes seguros para hablar de trauma, neurodivergencias, depresión o ansiedad sin temor a represalias o discriminación.
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Salud mental, como brĆŗjula de una nueva era
El 62% de los Gen Z que prioriza su salud mental nos estÔ dando un mensaje poderoso: el bienestar ya no es el premio al final del camino, sino el punto de partida para vivir, trabajar y relacionarse. Esta generación quiere dejar de romantizar el sufrimiento, el sacrificio, ni la productividad tóxica. En cambio, pone el foco en la vida digna, el autocuidado, y la resiliencia emocional como herramientas para transformar.
Comprender esto no solo es clave para quienes conviven con ellos, sino para cualquier institución que quiera mantenerse vigente en el siglo XXI. Porque Gen Z no estÔ mal: estÔ señalando lo que ya no funciona. Y eso, en sà mismo, es un acto de sanación colectiva.