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Ricardo Carreon

¿Fue la curiosidad o fue el exceso de cuidado lo que mató al gato?

"La curiosidad mató al gato", dice la frase popular. Se sabe que la frase original es en inglés: "Curiosity killed the cat", sin embargo, lo interesante es que varios autores dicen que la verdadera frase original es "Care killed the cat", lo cual en apariencia es totalmente lo contrario.

“La curiosidad mató al gato”, dice la frase popular. Se sabe que la frase original es en inglés: “Curiosity killed the cat”, sin embargo, lo interesante es que varios autores dicen que la verdadera frase original es “Care killed the cat”, lo cual en apariencia es totalmente lo contrario. La última frase podría traducirse como “El cuidado mató al gato”, aunque también traducirse en vez de cuidado como “exceso de preocupación o de cautela”.

Una historia similar acontece en el dilema de la innovación que tienen las empresas grandes a diferencia de las empresas emergentes (startups). Cada día, vemos más ejemplos de empresas tradicionales, de gran tamaño, que mueren o se vuelven irrelevantes en sus mercados. Su modelo ha sido exitoso por décadas, incluso, algunas veces, por más de un siglo. Sin embargo, ese modelo las hace cuidadosas en extremo; en este caso, lo que las está matando, es el exceso de preocupación. Por el contrario, en las venas de las empresas con mentalidad startup, corre la sangre de la curiosidad, donde la frase original cobra mayor sentido. La curiosidad no mata a las empresas con mentalidad startup, las hace más innovadoras y fuertes.

En la mentalidad startup hay algunos conceptos que son claves para el éxito; uno de ellos es la curiosidad. En muchas etapas del proceso de las empresas startup, la clave del éxito es la experimentación; hay que probar y probar y probar… Nuevas ideas, nuevos productos, nuevos modelos de negocios. Y justo cuando piensas que ya has probado mucho, hay que seguir probando.

Hay puntos clave en la mentalidad startup que quisiera resaltar:

El asumir que tu modelo de negocio está aún en construcción y el usar el concepto del MVP (Minimum Viable Product, o Producto Mínimo Viable): es una práctica muy sana que todo tipo de empresa debería de adoptar, sea startup o no. Pensemos en los millones de suscriptores que han perdido las empresas de televisión por cable (los famosos “Cord Cutters” en inglés) por no haber experimentado con modelos de suscripción menos robustos, que llevaron al surgimiento de servicios de “streaming” como Netflix y Amazon. Si lo importante era vender el contenido, ¿por qué se durmieron en sus laureles empresas tan grandes y poderosas?
Hay que experimentar con los modelos de negocio de la empresa, no importa que los actuales sean exitosos. Si alguna empresa va a canibalizar tu modelo de negocios, es mejor que seas tú misma.

El concepto de MVP, de las empresas con mentalidad startup, es algo de lo que deberían aprender mucho las empresas establecidas. Consiste en el producto mínimo viable con el cual podrías atender un mercado. Digamos, por ejemplo, que tu empresa es una cadena de productos para mascotas. Tienes una red de tiendas exitosas, que venden infinidad de productos para animales. Supongamos que tienes una idea para crear un modelo de negocio en el que las personas se suscriban para recibir, mes a mes, una cierta cantidad de alimento para mascotas, a cambio de un modelo de suscripción mensual. Si piensas que lo que necesitas es crear un sitio web y una app robustos para probar el concepto, estás equivocado. Con el concepto del MVP, se crea algo parecido a una app o website sencillo, lo mínimo indispensable para probar el concepto, lo que te permite hacer pruebas del mercado y ver si tu idea podría funcionar, sin necesidad de grandes inversiones. Esta prueba, utilizando un MVP, es mucho más rápida y de menor costo que otras alternativas. Mientras pruebas el concepto, puedes seguir haciendo cambios al producto y seguir experimentando hasta que llegues a un concepto ganador. Esta es la belleza del MVP, puedes probar rápido y ajustar antes de ir al mercado con el producto final. Inclusive, puedes fallar rápido (“fail fast”) y desistir de una idea que suena excelente, pero que en la práctica no funciona.

Ahora, llevemos estas ideas al mundo digital. Si tu empresa vende productos y servicios digitales, o bien, si ya ha pasado por un proceso de Transformación Digital, el camino es aún más sencillo. Hacer pruebas a tu modelo de negocio y generar MVPs para nuevos productos y servicios, puede ser todavía más simple. En el pasado, generar un nuevo producto o servicio llevaba mucho tiempo y dinero, adicional al costo generado al llevar a cabo las pruebas de mercado con el producto. En el mundo digital, las pruebas pueden ser, a veces, tan sencillas como generar una o varias campañas digitales que lleven a diversos “landing pages” en tu sitio web. Cada una de ellas, ofrece el producto de acuerdo a modelos de negocio diferentes. Se corren dichas pruebas y se mide la respuesta.

¡A veces, el MVP está más cerca de lo que te imaginas!

Así que, como niños, demos rienda suelta a nuestra curiosidad. Preguntarnos mil veces ¿por qué?, puede ser la base de la siguiente gran innovación en tu empresa. Porque lo que mató al gato no fue la curiosidad, sino el exceso de cautela.

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