Agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) registraron la casa en Virginia del exjefe de la campaña de Donald Trump, Paul Manafort, de donde sustrajeron documentos y otros materiales con relación al llamado #Rusigate.
El registro se produjo a pesar de que Manafort ha estado colaborando con dos comités del Congreso, que al igual que el FBI, conducen una investigación sobre la injerencia de Rusia en las elecciones estadunidenses y su posible colusión con la campaña de Trump, según reveló una investigación publicada este miércoles por el diaro The Washington Post.
Citando fuentes familiarizadas con la investigación del FBI a cargo del fiscal independiente Robert Mueller, el TWP dijo que la cooperación de Manafort no fue suficiente para disuadir a éste del allanamiento de la propiedad en la vecina ciudad de Alexandria.
La orden de cateo indica que los investigadores argumentaron ante el juez federal que la expidió, tener razones para creer que Manafort no entregará todos los documentos pertinentes a la investigación, como lo ha ordenado un gran jurado federal.
El diario reveló que algunos de los documentos que fueron sustraídos de la casa de Manafort por los agentes del FBI, incluían materiales que éste ya había proporcionado al Congreso.
La Casa Blanca infirió que el allanamiento fue innecesario, pues un asesor de la casa presidencial dijo al diario que “si el FBI quería esos documentos, ellos podrían haberlo pedido (a Manafort) y él los habría entregado”.
El Post hizo notar que el cateo se produjo en momentos en que Mueller ha incrementado la presión legal sobre Manafort, en el marco de esta investigación, la cual ha ampliado ahora a aspectos de la vida profesional y personal de éste.
El tema se ha convertido en tendencia en Twitter, no sólo en Estados Unidos, registrando 2 millones 719 mil cuentas alcanzadas y 3 millones 124 mil impresiones, según cifras de Tweet Reach.
Las supuestas colaboraciones con el gobierno de Rusia siguen siendo uno de los temas que están en la agenda de los opositores al presidente de Estados Unidos, señalamientos que han generado las destituciones de colaboradores cercanos como Michael Flynn y Steve Bannon, además del despido de James Comey, quien se desempeñaba como director del FBI.
Sólo el 33 por ciento de los estadounidenses aprueban al Donald Trump, un porcentaje que se ubica como un nuevo mínimo histórico para uno de los mandatarios menos populares, según un sondeo de la Universidad de Quinnipiac.