Primero fue el estadio de Wembley, enseguida el Maracaná y ahora es el turno del mítico Santiago Bernabéu, que será sometido a un tratamiento mayor, hecho que confirma que los estadios de fútbol, como lo señala el arquitecto, músico y escritor Pedro Torrijos, evolucionan para convertirse en las catedrales de nuestro tiempo.
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En un interesante y crítico artículo publicado en Jot Down, Torrijos establece que los estadios de futbol se han convertido en “templos monumentales que congregan a decenas de miles de personas en una liturgia común y colectiva, y que compiten con los museos por ver quién sostiene el verdadero estandarte del icono urbano. Así, su diseño ha dejado de ser obra de técnicos e ingenieros más o menos desconocidos para recaer sobre lo más florido de la aristocracia arquitectónica mundial.”
Esencialmente, el nuevo proyecto, diseñado por las empresas GMT Architekten, L35 y Ribas & Ribas, toma como base la estructura del embudo y sobre ella se levantará una nueva estructura que contendrá un nuevo centro comercial, una zona VIP, será dotado con un techo móvil, además de que se habilitarán pantallas internas y externas para la proyección de vídeos.
En opinión de Torrijos, el nuevo proyecto es equivocado porque pasará de moda y a reserva de que esto sea cierto, nada impide que como se ha proyectado esta remodelación, puedan hacerse las que sean necesarias hacia el futuro, incluida la demolición completa y reedificación, o como hicieran el Guadalajara FC de México, reproyectar un nuevo concepto en otro lugar de la ciudad.
Lo que sea, la tendencia está marcada y sólo sería de esperarse que reconocidas “catedrales” del fútbol en América latina, como La Bombonera y el Monumental en Buenos Aires, el Centenario de Montevideo o el Azteca en la ciudad de México, entren en un proceso de rediseño de su espacio, para convertir que la experiencia del aficionado sea más significativa que sólo acudir cada fin de semana a vitorear al equipo de casa.