La industria de las aplicaciones mĆ³viles se mantiene en constante crecimiento y aunque los juegos se mantienen como el segmento mĆ”s lucrativo, las apps de citas -como Tinder- podrĆan ser el siguiente gran nicho a capitalizar.
De acuerdo con App Annie la economĆa de las apps tendrĆ” un valor de 166 mil millones de dĆ³lares derivado de la compra de estos programas, las adquisiciones que se realizan dentro de los mismos y la publicidad en tiendas y aplicaciones. La cifra no es menor si se considera que representa casi tres cuartas partes de las ventas generadas por Apple en su aƱo fiscal 2016.
En la misma lĆnea, se prevĆ© que los usuarios gastarĆ”n al menos 65 mil millones dĆ³lares en tiendas de aplicaciones, en donde las aplicaciones de juegos se mantendrĆ”n como el principal motor de las ganancias. Sin embargo, el mayor crecimiento se reflejarĆ” en las suscripciones a apps de citas.
La aceptaciĆ³n que la poblaciĆ³n en general expresa por el online dating es parte crucial de este fenĆ³meno. Cifras entregadas por Statista indican que tan sĆ³lo en Estados Unidos, el 85 por ciento de los habitantes considera que elĀ online datingĀ ya es āsocialmente aceptadoā, mientras que el 45 por ciento de la poblaciĆ³n global afirma que ha conocido a su pareja actual gracias al internet.
La tendencia no sĆ³lo estĆ” reconfigurado un aspecto cultural clave en la sociedad, sino que ademĆ”s pone sobre la mesa nuevas fuentes de data, mismas que al tiempo que crecen en penetraciĆ³n y tamaƱo, lo hacen en valor al concentrar informaciĆ³n de los usuarios precisa sobre aspectos que incluso trascienden a sus gustos personales al momento de elegir pareja.
MĆ”s allĆ” de la polĆ©mica que, en mĆ”s de un sentido, estas aplicaciones generan, lo cierto es que ahora podrĆan representar un grave riesgo para el bienestar del sector empresarial. La seguridad corporativa es la principal preocupaciĆ³n.
Las conclusiones de un reciente estudio entregado por Kaspersky Lab indican que del total de las personas que utilizan apps de citas, el 11 por ciento son empresarios o jefes de empresas y 20 por ciento gerentes de medio nivel.
Lejos de lo representativa que pueda ser dicha participaciĆ³n, lo realmente interesante es considerar que 24 por ciento de estos lĆderes empresariales comparte datos sobre su trabajo o āsecretos comercialesā sobre su organizaciĆ³n en estas plataformas. La cifra es menor al 12 por ciento promedio que se registra entre el global de usuarios.
Solo el 12 por ciento de los usuarios de apps de citas, como Tinder o Happn, comparte el lugar de trabajo en su perfil, la cifra se incrementa a 22 por ciento cuando hablamos de jefes de negocios.
AdemĆ”s de que esta prĆ”ctica deja al descubierto informaciĆ³n confidencial que es accesible para el resto de los usuarios en lĆnea, tiene el potencial para resultar en consecuencias mĆ”s series. El espionaje corporativo es una posibilidad asĆ como mayores riesgos de ser vĆctimas de ciberataques como malware, spyware o ransomware.
Lo que estĆ” en juego no puede verse como algo menor, toda vez que este tipo de plataformas son altamente vulnerables a hackeos para obtener informaciĆ³n de sus usuarios. Historias de extorsiones y violaciones a la confidencialidad de los usuarios han sido constantes.
A mediados de este aƱo, fue reportado el robo de mĆ”s de 40 mil fotografĆas de usuarios de Tinder, las cuales circularon por un breve lapso en internet, luego de que fueron cargadas a una herramienta de inteligencia artificial de Google llamada Kaggle, que sirve para hacer experimentos de reconocimiento facial.
El problema es evidente. Juniper Research y Cybersecurity Ventures estiman que los daƱos causados por los crĆmenes informĆ”ticos ascenderĆ”n a 6 mil millones de dĆ³lares en 2021.
Controlar lo que se comparte y no en el terreno online hoy tiene un significado mĆ”s allĆ” de cuidar la marca personal. Tanto consumidores y marcas como delincuentes entienden el valor que los datos tienen en los nuevos esquemas econĆ³micos. Hacer caso omiso a esta realidad serĆa poner en manos de cualquier desconocido las ventajas competitivas de una organizaciĆ³n.