• Esta redefinición busca permitir que un buen sector de la población pueda volver a trabajar.

• Cuando se comenzó con el distanciamiento social, no se hizo de manera adecuada la clasificación de “trabajadores de alto riesgo”.

• Obesidad, embarazadas, diabetes e hipertensión arterial, ya no se consideran de alto riesgo.

La emergencia mundial que desató la pandemia de COVID-19 nos puso a todos en estado de alerta. Sin embargo, aunque este nuevo tipo de coronavirus era un misterio para la humanidad, se determinó que había ciertos sectores que eran más propensos a contagiarse y a desarrollar síntomas graves. A este grupo señalado como “población de alto riesgo”, se le resguardó con medidas mucho más estrictas que les impedía realizar sus labores, ya sea que se tratara de mujeres embarazadas, personas con sobrepeso o hipertensión arterial, entre otras. Ahora, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cambió sus términos para eliminar a un 80% de todos ellos y permitirles volver a trabajar.

Se pasó de 10 millones de personas que deben resguardarse bajo las máximas medidas, a 2 millones, según explicó Mauricio Hernández Ávila, director de Prestaciones Económicas y Sociales del IMSS. Agregó que esto impediría que las empresas discriminaran y despidieran a muchos de sus empleados. Sin embargo, esta medida que se da ante un panorama que parece querer recuperar la estabilidad económica poco a poco, también ocurre cuando varios estados de la república recién regresaron al semáforo rojo y otros tantos se encuentran en peligro de hacerlo, mientras varios volvieron al naranja, con los contagios mostrando un evidente rebrote.

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Esta redefinición busca permitir que un buen sector de la población pueda volver a trabajar, puesto que consideraron que en marzo, cuando se comenzó con el distanciamiento social, no se hizo de manera adecuada la clasificación de “trabajadores de alto riesgo”. “Esto fue muy dramático, porque cuando se emitieron los primeros lineamientos de protección para la población trabajadora no se definieron bien, sino que se hizo una protección amplia y básicamente mandamos cerca de 10 millones de trabajadores a su casa a resguardo, que representan prácticamente la mitad de la población de trabajadores”, explicó Hernández Ávila.

Según dijo el funcionario, se esperaban 213 mil solicitudes de incapacidad por parte de la población de riesgo, sin embargo, hasta hace poco, sumaban 1 millón 168, es decir, un exceso de 956 mil personas que buscaron incapacitarse de manera temporal.

Entre quienes se consideraban en alto riesgo, estaban las mujeres embarazadas, quienes ahora se dice que no suponen un problema mayor del común. También las personas con sobrepeso u obesidad, que ahora sólo se consideran en peligro si se trata de condiciones extremas. La diabetes también sale de esta categoría, a menos que se trate de Mellitus descontrolada. En cuanto a la hipertensión arterial, Hernández Ávila dijo que no había un criterio tan claro, pero que “se sabe que tener presión arterial tampoco es un criterio certero de tener una forma grave”, por lo que se quedó sólo la presión arterial sistólica grado dos.

Los trabajadores de México pueden realizarse una evaluación de vulnerabilidad en unidades de medicina familiar del IMSS o ante cualquier otro médico u hospital privado, que podrán definir con más claridad este término.