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De acuerdo con MarketWatch, en 2018 el mercado de la banca digital estaba valuado en seis mil 542 millones de dólares a escala global
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Para 2025, se espera que que la cifra llegue a ocho mil 726 millones de dólares, un crecimiento de 33.3 por ciento en solo siete años
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En regiones como Europa, India y Estados Unidos, ya tiene una penetración de más del 50 por ciento de la población
La banca digital avanzó notablemente en adopción y aceptación este 2020 gracias a la crisis de la COVID-19. De acuerdo con Deloitte, el desarrollo de soluciones digitales se aceleró en respuesta directa a las nuevas necesidades de los consumidores, que evitaron activamente las sucursales físicas. Si bien se trata de un fenómeno claro a escala global, fue notable en Latam.
A lo largo de la región, se vió la popularización de fintechs y neo-bancos, que pusieron a las instituciones tradicionales en aprietos. Pero en países como México, incluso estos agentes más convencionales lograron desarrollarse. Esto pinta para un desarrollo interesante de la banca digital en 2021. Y de acuerdo con OneSpan, habrá cuatro tendencias muy específicas:
Habrá una modernización en la legislación que beneficiará a la banca digital
Ya desde hace años que se exige a las autoridades de toda América Latina crear un marco legal específico para estas instituciones financieras online. Sin embargo, con el precedente de 2020, se espera que estos llamados sean tomados mucho más en serio. La idea es que estas modificaciones regulatorias den un marco más claro de operación a los agentes de las fintech.
Pero también deberían ayudar a la banca digital a enfrentar algunos de sus retos más difíciles a lo largo de los últimos años. Por ejemplo, se espera que los países de América Latina ya se pongan a observar y diseñar estrategias claras para evitar la incidencia de la suplantación de identidad y otros incidentes. Con esto, se crearía un mejor entorno para todos los usuarios.
Aumentarían aún más los delitos informáticos
Con la oportunidad, siempre llegan los agentes maliciosos. Ya durante todo 2020 se vio un claro aumento en la incidencia de los delitos de ciberseguridad y el fraude electrónico. A medida que la banca digital se demuestre como una herramienta permanente, y no como una tendencia temporal, se multiplicarán estos problemas. Y será un reto para la banca digital.
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Aún en muchos países de América Latina persiste una desconfianza generalizada hacia los sistemas de banca digital, por percibirse como más inseguros. Es crucial no solo que las instituciones trabajen para reforzar la protección de sus clientes. También se debe de hacer un mejor trabajo de comunicación para resaltar las ventajas de seguridad de estos métodos.
Implementación de Inteligencia Artificial, biometría y Machine Learning
Las tecnologías innovadoras son la mejor apuesta de la banca digital para proteger a todos los usuarios, dentro y fuera de América Latina. En este sentido, hay varios sistemas que llaman la atención. Por ejemplo, la Inteligencia Artificial (IA) se puede explotar para mejorar el análisis de amenazas y detectar, hasta prevenir, los ataques más peligrosos de hackers contra el público.
También se puede hablar del uso de la biometría en la banca digital. Con el uso de este tipo de datos, se puede eliminar el problema del robo o malos hábitos en contraseñas, PIN y otros métodos comunes de autenticación. Si esto se mezcla con sistemas de Machine Learning, que detecten comportamientos inusuales de los clientes, se podrán proteger mejor sus finanzas.
Más alianzas entre instituciones tradicionales y tecnológicas en pro de la banca digital
Tal vez la tendencia más importante en América Latina, que ya se había presentado por varios años, es la interacción entre los agentes convencionales y las nuevas retadoras. Por años la gran mayoría de los agentes en ambos lados de la moneda se han reconocido no como rivales sino como aliados en favor del cliente. Para 2021, esta interacción benéfica debería de crecer.
Estas alianzas para hacer crecer la banca digital incluso debería ayudarles a ambas parte de la ecuación a aumentar sus ingresos. América Latina aún tiene serios problemas de penetración y aceptación de herramientas financieras. Al mezclar la tecnología de las startups y el alcance de las instituciones clásicas, podría llegarse a más clientes que nunca con mejores servicios.