Recientemente hemos leído que se aprobó la Norma Oficial Mexicana 035 de «Factores de riesgo psicosocial en el trabajo – Identificación, análisis y prevención», mejor conocida como NOM 035 donde determina como Factores de Riesgo Psicosocial a «Aquellos que pueden provocar trastornos de ansiedad, no orgánicos del ciclo sueño-vigilia y de estrés grave y de adaptación, derivado de la naturaleza de las funciones del puesto de trabajo, el tipo de jornada de trabajo y la exposición a acontecimientos traumáticos severos o a actos de violencia laboral al trabajador, por el trabajo desarrollado.
Comprenden las condiciones peligrosas e inseguras en el ambiente de trabajo; las cargas de trabajo cuando exceden la capacidad del trabajador; la falta de control sobre el trabajo (posibilidad de influir en la organización y desarrollo del trabajo cuando el proceso lo permite); las jornadas de trabajo superiores a las previstas en la Ley Federal del Trabajo, rotación de turnos que incluyan turno nocturno y turno nocturno sin períodos de recuperación y descanso; interferencia en la relación trabajo-familia, y el liderazgo negativo y las relaciones negativas en el trabajo.»
Veamos que la American Psychological Association define como estrés al «estado de respuesta psicológicas o fisiológicas a fuerzas o sucesos internos o externos que comprende cambios que afectan casi en todos los sistemas del cuerpo.
Más allá de clasificar en estrés laboral u ocupacional, prenatal, amistad, social, económico o financiero, familiar, de pareja, incluso el religioso, lo importante de resaltar es que es una respuesta ante un estímulo que puede venir del exterior como la carga de trabajo o la bien conocida presión laboral, los problemas de pareja, los problemas económicos que sin lugar a dudas afectan también la relación familiar y la convivencia, el estrés puede venir desde el interior como resultado de fantasías creadas del pensamiento mágico, es decir, cuando existe una pugna o conflicto para evadir la realidad una forma de bajar la angustia es la creación de fantasías depositadas en las expectativas que al no detectar indicios de que se hagan realidad nos generamos auto estrés.
Es importante diferenciar angustia de estrés, entendemos por la primera (angustia) como conjunto de síntomas psicológicos que hacen reaccionar al individuo cada vez que se encuentra en una situación traumática, es decir, es sometido a una afluencia de excitaciones, de origen externo o interno, que es incapaz de controlar.
La angustia a diferencia del estrés
- La percibimos en sensaciones corporales más determinadas a ciertos órganos tales como respiración y corazón.
- Es la reproducción de una vivencia que reunió las condiciones para un incremento de estímulo.
- Es una señal para la evitación del peligro.
- Es un estado afectivo que solo puede ser registrado por el Yo.
- Los síntomas sirven para buscar escapar de la angustia.
Hay dos clasificaciones de angustia, con relación al mundo externo (del afuera) y del mundo interno.
Las del afuera son
- Angustia ante la pérdida del objeto (físico o mental)
- Angustia ante la pérdida del amor del objeto, por ejemplo, que la persona no me ame
- Angustia ante la castración, es decir, que me van a castigar
Las de función del adentro
- Angustia paranoide o persecutoria, (todos me están viendo, me están observando, todos hablan de mi)
- Angustia de fragmentación o destrucción (siento que me parto en pedazos)
- Angustia ante el Superyó, es decir, las normas, leyes y reglas impuestas
Mientras que el estrés desde mi personal punto de vista requiere de una presión identificada externa que puede ser eliminada o bien interna pero que está relacionada con el exterior, por ejemplo, he escuchado «me auto presiono para lograr los objetivos» pero al final ese estrés promovido de forma aparentemente automática es el resultado de una demanda exterior.
No dejemos que el estrés termine con nuestros sueños o más grave aún, con nuestra vida, si tienes dudas comunícate con un servidor a [email protected]
