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tercer regreso Covid-19
Jorge Arturo Castillo

Educar en salud para prevenir la diabetes

La “cereza en el pastel”, en este pastel de la diabetes en México, son los más de 33 kilogramos de pan que el mexicano consume anualmente.

En este mes de noviembre conmemoramos el “Día Mundial de la Diabetes”, por lo cual no hay mejor momento para recordar sus escalofriantes números: del 10 al 15% de los mexicanos padece de diabetes y la mitad no sabe que la tiene. Lo anterior se traduce en una población de 13 a 19 millones de mexicanos con dicha enfermedad.

Pero no todo termina ahí, porque de la población total con diabetes en México, solo entre 20-25% están controlados, lo que significa que alrededor de 75% de dichos pacientes tendrá complicaciones derivadas de este “dulce padecimiento”, a mediano y largo plazo.

Por ello, la experta diabetóloga tapatía Adriana Vargas argumenta que ante el tamaño de esta epidemia en México, lo mejor es empezar a hacer cambios en el estilo vida, mejorar la alimentación, hidratarse correctamente, hacer ejercicio físico de manera regular, acudir al doctor con frecuencia y llevar el tratamiento.

La doctora enfatiza: “Mientras no se hagan esfuerzos que tengan impacto en la educación, más allá de solo campañas de concientización, no se verán resultados en cuanto a la disminución de la prevalencia de diabetes en México. Ha habido algunos avances, porque ahora la gente se cuida un poco más y está consciente de los riesgos inherentes a la enfermedad. Antes era mucho más común observar a una gran cantidad de miembros inferiores que tuvieron que ser amputados porque las personas no controlaban su diabetes”.

De otro lado, hay un evidente estigma sobre esta enfermedad. De hecho, a muchas personas no les gusta dar a conocer que están enfermas de diabetes, y más allá de eso, temen mucho el diagnóstico, y cuando éste sucede, tardan mucho en aceptarlo, y luego, en empezar a tomar las riendas de su cuidado y de su control total. 

Pero, tener diabetes no debe ser una condición para dar vergüenza, porque los pacientes no suben de peso solo porque sean desordenados, simplemente que la misma resistencia a la insulina los hace que no tengan saciedad y antes de tener diabetes empiezan a engordar, y eso los pacientes no lo saben.

Lo anterior sucede a pesar de que estamos en la “etapa de oro” del manejo de la diabetes, tanto por el cúmulo de información disponible por doquier como por los nuevos fármacos y tratamientos que han surgido en los cinco continentes. Ahora el reto está en hacer que estos nuevos tratamientos lleguen a las personas, es decir, hay que trabajar en la parte de acceso a los medicamentos.

En este contexto, es indispensable que el paciente se informe, sea responsable con su salud, controle sus niveles de azúcar de manera regular y que haga un cambio de hábitos, que se dice fácil, pero en el día a día no lo es.

Empero, lo que se necesita es un cambio completo en el estilo de vida, hacerse responsables, hacer ejercicio regularmente, aprender a nutrirse, a hacer las comidas en forma y en horarios fijos, hidratarse de manera correcta, comunicar el diagnóstico a la familia, asistir cada cierto tiempo con el médico, y claro, adherirse al tratamiento.

Sin embargo, es hasta que las cosas se complican cuando el paciente empieza a tomar algunas acciones, cuando están perdiendo la visión, tienen una gangrena en una pierna, traen insuficiencia renal, etcétera, es cuando se espantan y empiezan a atenderse con un médico.

La epidemia de diabetes que hay en México, asociada sin duda al sobrepeso y obesidad, es una carga económica muy grande para el sector salud, por lo cual es más que urgente iniciar con programas educativos que vayan más allá de simples recordatorios.

Y es que no hay manera de que un sistema de salud soporte tanta carga, como la insuficiencia renal crónica, que se lleva una gran cantidad de recursos anualmente, y además, la calidad de vida que tiene un paciente con insuficiencia renal crónica es francamente triste. Una alternativa en la prevención es el Omega 5 Nanoemulsionado, dado que el estrés oxidativo es lo que genera todas las enfermedades crónico-degenerativas. 

Por último, no podemos dejar de lado que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil, y en buena medida, es debido al consumo de refrescos. En México se consumen alrededor de seis litros diarios de refresco, y una botella de refresco de 250 ml tiene de seis a ocho cucharadas de azúcar, un refresco de 500 ml es una cantidad estratosférica de azúcar.

La “cereza en el pastel”, en este pastel de la diabetes en México, son los más de 33 kilogramos de pan que el mexicano consume anualmente, según la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa).

El botiquín

Ya lo habíamos dicho en este espacio, pero ahora lo confirmó el “gurú” de la pandemia, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell: más nos vale que nos preparemos y hagamos a la idea de que vendrán más repuntes u oleadas de la Covid-19. Y como dicen en el argot deportivo: “Esto no se acaba hasta que se acaba”.

Por otro lado, el magisterio del país sigue a la espera de que el gobierno mexicano dé la orden de aplicar una segunda dosis de refuerzo de la vacuna anti Covid al personal educativo. En la tercera semana de noviembre se cumplirán seis meses de la primera aplicación. “¿Y la segunda dosis apá?”

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