• De acuerdo con Didi Food, el cobro del IVA es del ocho por ciento en su plataforma

• Por otro lado, el ISR puede ir del 0.4 al 5.4 por ciento, de acuerdo con el volumen de ventas de cada negocio

• Al inicio, según la Canirac, el sector restaurantero veía a las apps de comida a domicilio como un aliado valioso

El primero de junio empezó a aplicarse en México la que fácilmente es una de las legislaciones más controversiales en materia de impuestos en los últimos años. Desde hace más de un mes que varios servicios digitales están pagando una tasa de 16 por ciento adicional que antes no se les cobraba por sus operaciones comerciales. Lo anterior significó que los precios de varios servicios subieron. Pero marcas como Didi Food están buscando cambiar la nueva tendencia.

Según La Jornada, la plataforma de entrega a comida a domicilio acaba de informar que no se le cobrará a restaurantes aliados, repartidores o consumidores el IVA o ISR. Lo anterior implica que, aunque Didi Food seguirá pagando estas contribuciones, dichas contribuciones se van a absorber directamente desde sus comisiones. De acuerdo con la plataforma, esta decisión se tomó para apoyar a los negocios e individuos en su comunidad para tener mayores ganancias.

Con este anuncio se podrían reducir las fricciones que existen entre el sector de Didi Food y las compañías restauranteras. También en datos de La Jornada, varios miembros de esta industria están molestas con las plataformas digitales por sus comisiones de hasta el 30 por ciento. De hecho Germán González, vicepresidente de la Canirac, dijo que se buscará una negociación con estos sitios para reducir cuánto cobran a sus aliados por estar en sus apps.

¿Podría Didi poner un buen precedente?

Gracias a la crisis sanitaria, la industria de la comida a domicilio se ha disparado de forma muy significativa. No solo han surgidos competidores más especializados a Didi Food. Empresas como Uber están tratando de consolidar su posición en el mercado con compras millonarias. A eso se debe sumar que algunos rivales han aprovechado su crecimiento para diversificarse. Y hasta la industria del cine está recurriendo a estos formatos para sobrevivir a esta pandemia.

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Volviendo al caso de Didi, se trata de una apuesta muy inteligente. La adopción del impuesto digital generó mucho disgusto en la población. Esto, porque a pesar que las tasas deberían haberse aplicado a las plataformas digitales, muchas empresas simplemente subieron precios e incrementaron comisiones. Y, en este sentido, solo le transfirieron el nuevo costo tanto a los clientes como a sus socios comerciales. Claro, no fue el caso de todos, pero si de una parte.

En este sentido, la decisión de Didi Food podría convertirse en un precedente para el resto de la industria. Es evidente que este movimiento le ayudará a ganar reputación entre el público, y por ello probablemente más clientes y aliados. Considerando que la entrega de comida (y los taxis compartidos) es un mercado tan competitivo, sus enemigos tendrían que emparejarse a su iniciativa para sobrevivir. Tal vez éste es el primer precedente para un mejor entorno futuro.

La cuestión del impuesto digital

Hay que reconocer que la cuestión del impuesto digital no solo afecta a Didi Food. Varias marcas, dentro y fuera de México, se han visto afectadas por la forma en la que aplican (o se liberan de) estas obligaciones tributarias. Por ejemplo, Apple ganó un caso y no tuvo que dar 15 mil millones de dólares (mdd) en contribuciones pendientes. Mercado Libre generó mucha confusión sobre cómo aplicaría este cobro. Y servicios como Netflix se vieron muy afectados.

Lo cierto es que la discusión sobre el impuesto digital no es exclusiva ni de Didi Food, ni de la industria de la comida a domicilio, ni solo se está llevando a cabo en México. De acuerdo con TechCrunch, es una discusión que ha sido liderada principalmente por el bloque europeo. Lo anterior, según el New York Times, porque Estados Unidos (EEUU) se niega a participar en la discusión. En datos del Washington Post, sería el tema que inicie una nueva guerra comercial.