Bruce Tulgan se ha dedicado desde 1993, gracias a su consultoría Rainmaker Thinking, a investigar los hábitos y comportamientos de los empleados de diferentes organizaciones, desde el Ejército de los Estados Unidos hasta Walmart. En ese tiempo ha aprendido a detectar a todo tipo de colaboradores y lo que los hace o no convertirse en piezas indispensables dentro de una organización. Uno de ellos es el llamado empleado indispensable.

El empleado indispensable, según la visión de Tulgan, no es aquel que se compromete en exceso con su trabajo, pues sabe que ello le puede llevar a incumplir con plazos y objetivos, quedando mal ante la organización. Este tipo de colaboradores prefiere otro tipo de estrategias que lo llevan a brillar dentro de su área de especialidad:

Crea una influencia real

El empleado indispensable saber hacer relaciones constructivas dentro de la empresa, lo que le hace ganarse aliados en todas las áreas. Estas alianzas le ayudan a que su trabajo transcurra con menos dificultades y pueda llevar a cabo sus proyectos de manera positiva.  Gracias a su capacidad de persuasión genera una influencia en los demás que contribuye a su éxito.

Sabe priorizar

Para el empleado indispensable, priorizar las tareas es algo fundamental: solo así se asegura de cumplir con los tiempos establecidos y de la manera en que se le ha requerido hacerlo. Trabaja de manera estructurada con el objetivo de que nada se quede en el camino y dosifica sus esfuerzos para rendir en todo momento.

Sabe decir no cuando es necesario

Para evitar una sobresaturación que lo lleve a incumplir con sus obligaciones, el empleado indispensable dice no a las tareas que comprometan sus resultados. De esa manera lleva a cabo sus proyectos de manera fluida sin que haya obstáculos innecesarios frente a él.

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Domina las mejores prácticas

Este tipo de colaborador conoce muy bien la mejor manera de llevar a cabo las tareas a través de métodos comprobados. Además de dominar sus tareas sabe bien a quién dirigirse para cumplir con tal o cual actividad. Es curioso y observador a tal grado que domina los procesos de inicio a fin.

Termina lo que comienza

Para el empleado indispensable no hay proyectos que queden a medias. Lo que empieza lo llevan hasta su finalización de manera seria y responsable. Siente disgusto cuando los proyectos quedan a la mitad. Su sentido de urgencia y necesidad de reconocimiento lo lleva a ejecutar las obligaciones de la mejor manera posible.

Colabora en todo momento

Colaborar es para este tipo de empleado una palabra clave en su día a día. Crear alianzas, saber qué persona es la mejor para determinada actividad y saberse relacionar dentro de la organización son sus principales fortalezas para llegar hasta el éxito de sus empresas. “Este tipo de personas sabe identificar nuevos trabajadores a los que recurrir siempre que tenga la oportunidad. Así es como se construye la espiral ascendente de influencia real”, dice Bruce Tulgan.

El empleado indispensable es uno de los puntos más fuertes de toda organización, pues su modelo de trabajo resulta ser el más efectivo de cuantos existan. Su liderazgo y capacidad de persuasión lo hacen una pieza invaluable a la que hay que fomentar y cuidar en todo momento.