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Carlos Andrés Mendiola

¿Cuál es la importancia de los premios para la industria del cine?

Para el ojo común los premios son ese momento de glamour asociado con el cine en el que los actores lucen fastuosos vestuarios y posan para las cámaras.

Y sí, es parte de su encanto y es parte de cómo se relacionan y contribuyen a otras industrias como la de la moda, el estilismo y el entretenimiento en general, por no citar a las relativas con distintos tipos de patrocinadores (autos, relojes, spas, equipo de cómputo, entre muchas más). Más allá de ello, e incluso sin todo el oropel, como ha sucedido el último año, la relevancia comercial de los premios sigue siendo significativa.

Un estudio puede gastar tanto como 30 millones de dólares en su campaña por el Oscar, el premio más importante y codiciado (su credibilidad es otra historia). Variety reportó, por ejemplo, que “Nace una estrella” gastó poco menos de 20 millones, cifra cercana a la de ganadoras previas como “Argo” y “Gravedad”. Otros estudios son más conservadores con montos de 5 o 10 millones para cintas como “El infiltrado del KKKlan”. Todo depende también del estudio, el perfil del filme y la tracción que haya ido tomando durante la temporada. Este año, sin duda, los montos habrán sido menores y las estrategias distintas para mantener los filmes presentes en la mente de los votantes.

¿Por qué tanto interés? Una nominación al Oscar puede implicar un incremento en los ingresos de una película, precisamente, de alrededor de 20 millones de dólares. Es lo que sucedió con la ganadora de 2010, “El discurso del rey”. Ahora, quizás eso no parezca mucho frente la inversión, pero la historia no termina ahí. “El discurso del rey” costó 15 millones de dólares. Es un filme inglés, obra de varias productoras y distribuido por Paramount Pictures. Aunque tiene un elenco de figuras conocidas y de prestigio como Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bohnam Carter y Guy Pearce, ninguno está establecido como una estrella que lleve masas a los cines por lo que las expectativas del filme eran modestas. Para su corrida en cines, la proyección inicial era que haría 30 millones de dólares en EE. UU. Con la nominación casi duplicó, pero ganó. La victoria le ayudó a que tuviera distribución internacional, recogiendo cerca de 430 millones de dólares en la taquilla global, es decir, multiplicando más de diez veces lo proyectado. A ese efecto se le conoce como efecto halo. Y eso da cuenta de los beneficios con los que han contado ganadores recientes como “Parásitos”, “Green Book”, “La forma del agua” y “Moonlight”. Para filmes de alto perfil como “Black Panther” o “Nace una estrella” el efecto halo, en términos económicos, tampoco es menor, pero además viene acompañado de otro halo, el del prestigio, poniendo de lado el aspecto comercial y dándoles validez.

El efecto halo no se limita únicamente a las películas nominadas o ganadoras. El talento también se ve beneficiado. Un actor, director, fotógrafo, maquillista o editor puede ver su salario, para el próximo filme, incrementado en hasta un 20% si gana; si no tienen ese honor, igualmente pueden verse favorecidos con una mejor paga, aunque no sea tan generosa. Para los realizadores de las categorías de documental o cortometrajes implica también un impulso y más visibilidad, no digamos para los de la Mejor Película Internacional (antes Extranjera).  Por ejemplo, la victoria de “Parásitos” hizo que Netflix invirtiera 500 millones de dólares en dicho mercado. Antes, en los 60’s, el cine checoslovaco estuvo en la mira con las nominaciones de “The Shop of Main Street” (1965) y “Closely Observed Trains” (1966). Eso hizo que Hollywood mirara en esa dirección y dio pie a que realizadores como Milos Forman tuvieran otras oportunidades. Forman ganaría el Oscar como Mejor Director una década después por “Atrapado sin salida”. En años recientes, otros realizadores con ese perfil han sido Thomas Vinterbeg (nominado por “The Hunt” en 2013 y este año por “Another Round” y como Mejor Director; Pablo Larraín quién fue nominado por “No” y en los últimos años ha presentado “Jackie” con Natalie Portman y “Emma” o Denis Villeneuve, quién tras su nominación por “Incendies” ha hecho “Sicario”, “Arrival”, “Blade Runner 2049” y tiene por estrenar la nueva versión de “Dunas”). 

El efecto halo es poderoso y mucho más duradero que los flashes y las alfombras rojas. Será interesante ver el efecto este año, tanto en salas como plataformas. El filme será siempre un “nominado” o “ganador” del Oscar y eso siempre le dará más visibilidad, ayudando indudablemente a consolidar el título artística, comercial y económicamente. Ser considerado es mucho más que una mención.

Carlos Andrés Mendiola

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