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Debemos preguntarnos, ¿a dónde queremos llegar y cuál es la mejor manera de hacerlo?
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Hay que dar crédito a todos y nunca sentirse por encima de los demás.
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Las juntas deben ser para avanzar en las tareas y no tiempo muerto.
Todos remarcan la diferencia entre un “líder” un “jefe”. El segundo es el que da órdenes solamente, el primero tiene una estrategia más planeada y un entendimiento más profundo de los procesos. Existen muchos puntos a tomar en cuenta, que es lo que forma la delegada línea de separación entre uno y otro. Un buen líder sabe cómo lograr lo que necesita y entiende que no trabaja solo, sino que se conforma de varias personas. Esto requiere desde una habilidad para manejar el estrés, hasta cierta inteligencia emocional. Sus objetivos se alcanzan de otra manera y hasta son mucho más efectivos a la larga.
Crear un equipo de trabajo es todo un arte que requiere de diversos elementos y funciones específicas. Casi todos necesitan de un líder, alguien que tenga una visión general para que cada parte cumpla con su función específica. Hay que preguntarnos, ¿a dónde queremos llegar y cuál es la mejor manera de hacerlo? Dar ordenes es muy diferente a asignar tareas, donde todos entendemos el por qué y el para qué. Además, hay que tener una mente abierta y saber que siempre se puede mejorar.
Humildad ante todo
Lo principal es mantenerte en un nivel lejos de la soberbia. Hay que dar crédito a todos y nunca sentirse por encima de los demás. Al estar en un puesto de mando, suele ser algo complicado y es fácil dejarse llevar, pero siempre hay que tener en mente que se trata de un equipo, no del trabajo de un individuo.
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Buena comunicación
En el arte de la comunicación hay que saber cómo pedir las cosas y hasta cómo poner presión cuando es necesario. Todo está en el “cómo”. Siempre hay que ser amable y, además, claro. Que no existan malos entendidos y que la información necesaria llegue sin obstáculos y se cumpla. Esto sin mencionar una buena apertura a la retroalimentación.
Busca la productividad
Es común escuchar la frase: “juntas que pudieron ser un mail”. Las reuniones de trabajo se pueden tornar tediosas y hasta pueden incentivar más al desánimo que a la motivación, por lo tanto, trata de planearlas bien. Que las juntas sean precisamente para avanzar en las tareas y no se conviertan en tiempo muerto que pudo ser mejor aprovechado.
Conoce tus elementos
Todo buen líder sabe las habilidades de su equipo, así como sus necesidades. Un líder debe saber desde la personalidad hasta los talentos de todo el equipo de trabajo, para saber aprovecharlas de la mejor manera. Todos los elementos se complementan y forman una cadena de producción eficiente.
Buen aprendizaje
Nunca dejes de aprender. No sólo se trata de obtener nuevas habilidades, sino mirar tus acciones del pasado y corregirlas de ser necesario. Es importante lograr una mejora constante, que se consigue analizando los resultados, viendo qué técnicas y acciones funcionan mejor para todos. En resumen, es corregir todos los puntos antes mencionados y estar abierto a ello, ya que siempre hay espacio para el crecimiento.