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Los canales comunicativos en la industria musical se han diversificado y proponen nuevas formas de conectar con las audiencias.
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Ahora los artistas pueden acceder a su propio contenido y combinar conceptos como el del músico y el creador de contenido.
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La oportunidad de grabar desde casa y promocionar a partir de social media le brinda la oportunidad a las disqueras y plataformas de desarrollar otro tipo de estrategias.
La industria musical ha evolucionado al punto en que se ha adaptado a las exigencias y facilidades que le proveen los canales y medios comunicativos. Redes sociales, plataformas musicales, disqueras, promoción y publicidad digital, e incluso canales tradicionales como la televisión y la radio que continúan siendo vigentes.
La manera en la que este sector se ha ido diversificando y acondicionando a las exigencias de cada uno de estos canales posiciona a los artistas de diferentes maneras, generando combinaciones también interesantes como artistas-creadores de contenido, e incluso influencers quienes además tienen más facilidades que antes para destacar.
Previo a esta evolución, la dificultad para que los músicos pudieran consolidar una carrera en México era mayor. Ahora, con la ayuda de estos medios, las oportunidades se extienden. Es por ello que incluso el enfoque de las compañías también trabaja para reinventarse y ofrecer a sus audiencias un contacto personalizado a través de cada canal. No es lo mismo la cercanía que se puede generar a través de Spotify que por medio de la radio, tampoco es igual YouTube que un concierto presencial.
Pero, ¿a qué se debe que esta integración de la industria se haya adaptado tan bien cuando, por principio, se podría pensar que un medio amenaza al otro? Esto se debe a la consolidación de cada uno como una pequeña parte de la industria.
De cómo se consolidó y diversificó la industria
Todos conocemos el rumbo que ha tomado la industria musical a lo largo de la historia. Previo a la digitalización, hubo varios procesos de reinvención para el comercio de la música. En un principio, el uso de formatos caseros se convirtió en la base del negocio. Esto no sólo para la industria musical, sino para el cine.
Sin embargo, de la misma manera en la que la piratería y portales como Napster o Ares comenzaron a presionar a ambas industrias para mudarse al formato digital, las disqueras comenzaron a utilizar el formato híbrido. Es decir, la digitalización a partir de la compra de discos o canciones en iTunes y otros portales.
En un principio, esto tuvo un gran éxito y convivió con la venta de conciertos, el tiempo en radio y las giras promocionales a través de la televisión. Sin embargo, conforme fue avanzando el negocio, la diversificación de las herramientas y los medios de comunicación consiguió acercar más y más el consumo de música a las masas.
De la misma forma en la que Netflix puso la primera piedra en la industria del cine y acabó con las tiendas de Blockbuster, en el sector de la música Spotify y otras plataformas se llevaron el negocio de iTunes. Las personas ya no estaban dispuestas a pagar 120 pesos por un álbum que podían escuchar a través de una membresía por Spotify. Esto, al mismo tiempo, erradicó gran parte del uso de piratería, aunque no quiere decir que no exista aún.
Así, se llega a 2023, en donde los canales de internet se han incluso subdividido, y ver a Spotify o Amazon Music como un aservo musical ya no basta; entender a la radio como “el espacio para escuchar música” tampoco. La televisión perdió fuerza frente a los podcast y la llegada de canales de YouTube que compartían entrevistas con artistas de una forma inusual, o presentaban sesiones en vivo o de estudio sin la necesidad de gastar miles y millones por tiempo al aire. Estos son algunos ejemplos:
James Corden
Sesiones de BZRP
Sesiones de Tiny Desk
Con ello, la capacidad de diversificarse no sólo ha llegado para las grandes empresas, sino para los músicos, quienes ahora pueden aprovechar cada canal como mejor le convenga para destacar en la industria.
Julio César Ramírez, Director de Emisiones Musicales en Televisa Radio, señala que los sectores han identificado esta cuestión y han propuesto soluciones a sus contenidos:
“En el tema de las redes sociales, tenemos que ver la naturalidad con la que se hacen las cosas, cómo se comunican y cómo se muestra lo que hay detrás”. […] “Tenemos que ser reales porque eso es lo que conecta con las audiencias”.
Canales comunicativos y su función en la industria musical en 2023
A inicios de los 2000 esto surgieron plataformas digitales como SoundCloud y MySpace, redes sociales que permitían a los artistas, al estilo de LinkedIn, colgar su brief para ser considerados por alguna disquera. Por primera vez en la historia, difundir sus proyectos a gran escala sin necesidad de preocuparse de costos por distribución y/o ventas físicas era posible.
No obstante, el objetivo seguía siendo el mismo. Ser escuchado para conseguir un lugar entre las disqueras más prestigiosas del mundo. Y no es que este plan ya no exista, sólo que antes era el único. Ahora, la tecnología ha avanzado y la existencia de programas como Cubase, Pro Tools First y Adobe Audition han facilitado la vida de los músicos.
Pero la evolución digital no se ha quedado ahí. Pues como apuntaba al inicio, artistas han aprovechado los perfiles de las plataformas digitales para desarrollar conceptos distintos. Destacan, por ejemplo, aquellos cuya principal cualidad es afiliarse a las redes sociales. Citando a dos ejemplos, tenemos el efecto provocado por Bad Bunny, BZRP y Rosalía.
El primero se convirtió en uno de los artistas más escuchados del mundo, siendo el único artista en colgar en el top 50 mundial más de la mitad de su álbum “Un verano sin ti”. Sin embargo, su estrategia de marketing le ha permitido jugar con sus conceptos, lanzando periódicamente “hits” que se han colocado gradualmente en las primeras posiciones, para luego sin más lanzar un álbum completo. Todo con el posicionamiento de Spotify, el cual además configura la opción de “me gusta” hacia el logotipo de su disco.
En el caso de BZRP, la cosa funciona un tanto distinta. Se habla de artistas que no tocan en vivo por diversas cuestiones, ya sea por sus carreras consolidadas o porque se han retirado de los escenarios excepto por ocasiones únicas, como Elton John o Céline Dion. Pero hay otro tipo de artistas como el joven argentino quienes se han afiliado de una estrategia episódica, la cual consiste en posicionar temas con artistas famosos en las plataformas musicales y en YouTube, consiguiendo un efecto podcast como creador de contenido que, mes con mes, se vuelve tendencia en Twitter.
Finalmente, hablamos de artistas como Rosalía, los cuales desarrollan estrategias de fidelización con sus audiencias, una de las cuales consiste en utilizar sus redes para incluir en el apartado creativo de sus canciones a sus fans, realizando dinámicas para escoger los nombres de algunas de ellas, o incluso compartiendo algunos adelantos a través de historias en Instagram y TikTok.
Respecto a esta diversificación de plataformas y de medios para músicos, Elena Nieto, vocalista del grupo Yawners, dijo para Merca2.0 que la industria musical se ha virado hacia lo digital y las redes sociales, y destacó que no se le puede etiquetar como algo mejor ni peor para el sector, sino como una forma diferente de ver las cosas, además de valorar diferentes aspectos.
“Creo que antes estaba todo más centralizado, pero hoy en día se ha diversificado en diferentes campos. Hay artistas que tienen muchísimas reproducciones, pero no venden entradas. Hay bandas que en directo triunfan y venden mucho en físico, pero no son de público digital. Si tengo que elegir me quedo con vender entradas, me parece más real”.
Sobre esta diversificación de canales, Paul Forat, head de Amazon Music en México, aseguró que la diversificación de métodos y estrategias para conectar con las audiencias logra que los artistas tengan una fidelización mucho más cercana con sus públicos, lo cual al mismo tiempo se expresa en la identidad de las plataformas jugando un papel más activo:
“Lo único que nos hace felices es tener al cliente feliz. Amazon Music está obsesivamente trabajando para brindarles oportunidades de conectar con sus audiencias de todas las maneras posibles. Que no somos simplemente un playlist, que vamos mucho más allá, que somos más que eso. Ese es un objetivo, que la comunidad artística lo entienda”.
Con ello, valdría la pena recalcar que la música continúa evolucionando y adaptándose a las necesidades de la industria, de tal suerte que estos medios han optado por el trabajo conjunto más que por la competencia total del terreno. Ya no hay una disquera que pretenda tomar el control de la música, ni tampoco plataformas que se apoderen del negocio a través de suscripciones, sino que se habla de un ambiente colaborativo que, no por ello, deje de fomentar la competencia.
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