Las memorias USB revolucionaron gran parte del trabajo diario de millones de personas, facilitando el transporte físico de archivos, otorgando al usuario el poder de sobrescribir o eliminar archivos a placer, con la ventaja de tener un medio de almacenamiento más duradero que los discos flexibles y con mucha mayor capacidad de memoria.
No obstante, hoy en día las memorias USB están relegadas a un cajón en el mejor de los casos, y es por ello que activistas de distintas partes del mundo están en busca de impulsar en la campaña que tiene como protagonista a estos pequeños dispositivos de almacenamiento.
Flash Drives for Freedom es el nombre de la campaña, la cual busca enviar memorias USB a Corea del Norte para combatir la censura y el control que el gobierno mantiene sobre internet.
La idea básicamente es que a través de estas unidades flash se puedan meter al país archivos que son víctima de la censura, como pudieran ser libros, películas, series o cualquier otro material que los ciudadanos norcoreanos no pueden consultar de forma libre.