La aerolínea alemana Lufthansa demandó a un pasajero “por perder un vuelo a propósito”. Así es, lo acusa de “hacer trampa” con la cada vez más extendida estrategia de conexiones llamada skip lagging.
Veamos un ejemplo de cómo funciona: supongamos que alguien quiere volar desde Boston a Houston, pero la tarifa aérea que le cobra una compañía es demasiado alta. Entonces, compra un boleto de Boston a Las Vegas, pero elige premeditadamente el que hace una escala en Houston, y que es más barato que el vuelo directo. El pasajero, cuando llega a Houston, deja la conexión hacia Las Vegas sin uso. Nunca termina el vuelo que pagó, pero no le importa, porque su intención real era llegar a la escala, ahorrando dinero.
¿Está bien? ¿está mal? Lo cierto es que la compañía alemana inició una demanda.
La práctica, también llamada “tickets ciudades ocultas”, es un problema para las compañías, que se sientes estafadas.
Para las aerolíneas, la emisión de estos boletos reduce el rendimiento que reciben por cada asiento y complica lo que ya es un negocio de márgenes pequeños.
Demanda
La práctica llegó a los titulares de los medios de Europa a principios de este mes. Lufthansa demandó a un pasajero que ahorró dinero al saltarse un tramo de un boleto de ida y otro tramo en el de vuelta.
Lufthansa dice que el pasajero violó sus términos y condiciones al no completar todo el viaje a propósito y quiere que le pague alrededor de 2.400 dólares por daños y perjuicios.
El precedente ha hecho que los observadores de la industria turística presten mucha atención, ya que “una victoria para Lufthansa podría afectar a los viajeros que usan la estrategia para ahorrar cientos de dólares por vuelo”, dice La Voz, que agrega que, por ahora, “los tribunales no han estado del lado de las aerolíneas en esta batalla”.
De hecho, un tribunal de primera instancia en Alemania ya falló a favor del pasajero, pero Lufthansa apeló el dictamen.
Peter Belobaba, investigador del Centro Internacional de Transporte Aéreo MIT, le explicó la situación a la BBC y dio el porqué de estos precios: “En una aerolínea A, ir de Boston a Las Vegas, un destino 100% de entretenimiento, tiene precios más bajos que ir de Boston a Houston, un destino de personas de negocios, lo que se traduce en tarifas más altas, a pesar de que la cantidad de millas es mucho mayor en el primer caso. Esto sucede porque hay una aerolínea B, low cost, que hace el tramo a Las Vegas por muy bajo precio”.