Para muchos la empresa Adobe es sinónimo de Photoshop o software para diseño gráfico, otros la relacionan con el formato PDF, lo cual en todos los casos es correcto, pero gracias a una inversión multimillonaria, lo que recordaremos en unos años de esta empresa será su incursión en el marketing digital.

Actualmente es raro encontrar un área o despacho de diseño que no utilice al menos Photoshop e Ilustrator para su trabajo diario, y no es por casualidad, Adobe tuvo que vencer o comprar a varios contrincantes para poder ocupar el lugar que tiene hoy. Tan sólo para consolidar Illustrator, tuvo que vencer al inicio Arts & Letters, tiempo después lo hizo con Corel y Canvas, y en la historia reciente tuvo que comprar en 2005 a Macromedia para eliminar del mercado a su archi rival “Freehand”.

Adobe ha buscado a como de lugar convertirse en líder de las industrias en las que participa, al inicio, fue uno de lo precursores de una industria del digital imaging, desde la tecnología Poscript, hasta software para edición imágenes vectoriales con Illustrator en 1987, y de mapas de bits con Photoshop en 1990. Más adelante enfoca sus esfuerzos hacia Motion Graphics y se convierte en una de los primeros en ofrecer software para editar video por computadora con Premiere en 1991. Ya en este siglo decide ir por la industria del desarrollo web y en 1995 sorprende al mundo con Pagemill, un software para creación de páginas web con el que se podía trabajar con código html o directo en modo visual, que para la época era algo completamente novedoso.

Como parte de esa sed de conquista en la industria del desarrollo web, en 2005 compra Macromedia por 3 mil cuatrocientos millones de dólares y con esto se hace no sólo de Freehand, quién por cierto lo compro años atrás a Aldus. Con esta compra Adobe obtiene Dreamweaver, Fireworks, Director, Authorware y la joya de la corona, Flash.

A finales de la década pasada, Adobe decide competir por otra industria más, sólo que esta vez no llegó con tanta anticipación como en las ocasiones anteriores, por lo que entrar al mundo del marketing digital le ha implicado el tener que comprar empresas y generar software de manera interna.

En 2012, Adobe lanzó Marketing Cloud, que es una suite de herramientas para trabajar de manera profesional en casi cada área del marketing digital, desde la planeación y optimización de campañas, análisis de tráfico, social media, y más. Lo interesante de esto, es que par llegar a crear su propia plataforma, tuvo que invertir una cantidad impresionante de dinero y esfuerzo para lograrlo, tan solo en 2009 compró por Mil Ochocientos millones de dólares Omniture, una plataforma de marketing digital y analytics que competía de manera directa con Nielsen y Comscore, y que hoy es la base del Adobe Marketing Cloud. En 2010, por 240 millones de dólares compra Day Software, un CMS(Content Management System) privado para desarrollo de sitios web de alto tráfico al cual renombró como “Adobe Experiencie Manager”. Finalmente en 2011 compra Efficient Frontier que era una plataforma para planeación y administración de campañas online, principalmente de SEM.
Si a todo lo anterior, le sumamos el desarrollo interno que ha realizado Adobe para contar con su propia suite de herramientas para marketing digital, en total ha invertido más de 2mil millones de dólares; algo grande e interesante están viendo en el futuro cercano como para invertir esas cantidades.

Actualmente Adobe se enfrenta a competidores mucho más grandes que los que tuvo en el pasado, ya que ahora tiene enfrente a IBM, a Google y a Salesforce, con presupuestos igual de grandes, una base de usuarios importante, y la ventaja de haber llegado antes. Aunque Adobe tiene algo que los otros no han logrado explotar con tanto éxito; sus eventos. Cada año la empresa realiza decenas de eventos presenciales y virtuales en los países donde tiene presencia y al menos un gran evento donde presenta todas sus soluciones de la manos de expertos enseñando a usarlas, el Adobe Summit.

En un par de años, podremos ver si valió la pena la inversión y Adobe logra conquistar una nueva industria como lo ha hecho en el pasado o sus competidores se quedan con la rebanada más grande.

El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor