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ABC de la inflación: estas son las principales preguntas del consumidor

La incertidumbre económica ha llevado a cientos de internautas a tratar de entender qué es la inflación y cómo impacta en su bolsillo.
  • El INEGI es el encargado de medir la inflación en México, comprando precios de los productos más consumidos por hogar.

  • El 78 por ciento de los mexicanos entre 18 a 34 años muestran una gran preocupación por la inflación que golpea al país.

  • Las industrias más afectadas son las relacionadas con energía, servicios públicos, bienes raíces y productos de consumo.

 

En los últimos meses, el consumidor ha notado un verdadero cambio a la hora de comprar su despensa en el supermercado o al cargarle gasolina a su auto… ¡todo está más caro!; sin embargo, este fenómeno financiero no es exclusivo de México y pocos ciudadanos entienden realmente qué es la inflación.

El costo de la vida se ha vuelto un tema de debate, interés y preocupación a nivel global, tras sufrir los efectos provocados por la pandemia de Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania. Esto nos recuerda a la crisis vivida en décadas de los 70 y 80, cuando la presión inflacionaria golpeó duramente a varios países… Ahora la historia se repite.

Y es que en ambas ocasiones se encuentran poblaciones con dificultades para administrar sus ingresos, pagar deudas, invertir en algo rentable y hasta generar ingresos extra, pues cada vez se vuelve más complicado comprar lo mismo que antes para amas de casa, empleados, estudiantes, productores, inversionistas y empresarios.

 

¿Qué es la inflación?

La inflación se puede definir como el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país. Es por ello que cada vez que los costos suben, cada unidad de moneda alcanza para adquirir menos productos, es decir, que la inflación evidencia la disminución del poder adquisitivo de las personas, gracias a la pérdida de valor real de la unidad de medida de intercambio en una economía.

La inflación se puede identificar cuando la mayor parte de los artículos básicos que se comercializan reflejan un crecimiento porcentual desordenado en un periodo de tiempo prolongado. Este se mide mediante el Indice de Precios al Consumidor (IPC), el cual muestra, en números, cómo han variado los precios mes con mes.

Aunque existen muchas causas que pueden desencadenar este fenómeno, la principal deriva de los excesos de dinero que circula en una ciudadanía que incrementa sus gastos con rapidez, generando una gran demanda de bienes y servicios que la capacidad productiva de un país no puede cubrir, provocando escasez de productos y, por ende, su encarecimiento.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), encargado de medir la inflación en México, realiza una encuesta de ingreso y gasto a las familias a nivel nacional, con el fin de conocer qué es lo que consume la gente y, una vez que identifica los productos más nombrados, recopila los precios de esos bienes y servicios en los diferentes puntos de venta y los compara quincenal, mensual y anualmente.

Además, el INEGI da seguimiento a 235 mil precios en 46 países para procesar qué se gasta y si el problema corresponde a una sola nación o a varias, algo que servirá posteriormente para que el Banco de México implemente medidas necesarias.

 

 

La inflación también puede clasificarse de acuerdo a la magnitud del aumento en costos que presente:

  • Inflación moderada: Es el incremento lento en los precios, cuando estos son relativamente estables y las personas se fían de las instituciones bancarias para ahorrar, ya sea en cuentas corrientes o en depósitos de ahorro de poco rendimiento al pensar que los niveles de precios no serán tan diferentes en un corto tiempo.
  • Inflación galopante: Sucede cuando los precios crecen en tasas de dos o tres dígito, es decir, de 30, 120 o 240 por ciento en un plazo promedio de un año. En este tiempo surgen grandes cambios económicos, por ejemplo, en la moneda nacional o extranjera y, dado que el dinero pierde su valor rápidamente, las personas comienzan a controlar su gasto y la cantidad de bienes o servicios no necesarios que adquieren.
  • Hiperinflación: Este es un caso anormal que anuncia una severa crisis económica, ya que el índice de precios aumenta en un 50 por ciento mensualmente, dando un panorama de inflación anualizada de casi 13 mil por ciento. El dinero pierde su valor y el poder adquisitivo de las personas disminuye. Este tipo de inflación se ve en países donde los gobiernos financian sus gastos con la emisión de dinero inorgánico sin ningún tipo de control, o bien, porque no tienen un regulador de ingresos y egresos del Estado.

 

Las principales preguntas del consumidor

Si bien los precios más altos en bienes y servicios suelen ser una preocupación de la ciudadanía, la inflación no siempre es mala, pues cuando se presentan de forma sostenida sólo reflejan un cambio en el mercado actual y problemas en la cadena de suministro o producción ajenos, como lo ocurrido recientemente por la invasión de Rusia a Ucrania.

Sin embargo, el panorama podría ser mucho peor, generando una desestabilización económica y el acaparamiento de productos de consumo, pérdidas de ahorros y otros problemas sociales como la inseguridad alimentaria.

No obstante, analistas consideran que una inflación controlada puede llegar a ser una bendición para las pequeñas empresas ahora que pueden cobrar más por sus productos, pero afecta más tanto a los consumidores como a los prestamistas y a las personas con ingresos fijos.

En una encuesta de Deloitte sobre las preocupaciones sobre el posible aumento en el precio de los productos que compran con frecuencia, gran parte de los mexicanos expresaron una genuina preocupación: 78 por ciento de las personas entre 18 a 34 años dijeron que estaban preocupadas por la inflación, lo que los convirtió en el grupo de edad “menos” preocupado entre todos los encuestados.

 

Impacto a industrias y sectores económicos

Aunque pareciera que una solución fácil para el gobierno es dar más dinero a la gente y compensar su poder adquisitivo sólo imprimiendo billetes, la economía no funciona así. De hecho, imprimir más dinero tiende a aumentar la inflación por la cantidad de moneda circulando en comparación con el número de bienes en el mercado.

Esto quiere decir que aumentar la cantidad de billetes en circulación solo devaluaría la moneda nacional acrecentando aún más la crisis. Y es que durante una inflación, son las industrias y sectores de insumos básicos las principales afectadas, por ejemplo, con la búsqueda de víveres y papel higiénico. Las industrias que tienden a sufrir estas consecuencias primero son las relacionadas con energía, servicios públicos, bienes raíces y productos de consumo.

 

 

 

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