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Viviana Alcocer

8 Hábitos para mejorar tu salud financiera en recesión económica

Hoy estamos atravesando por una recesión financiera que se espera sea profunda y larga. Así que vale mucho la pena poner nuestra vida financiera en orden y adoptar buenos hábitos que nos preparen para los tiempos que estamos viviendo; pero sobretodo que nos ayuden a tener suficiente efectivo y liquidez para imprevistos.

Hoy estamos atravesando por una recesión financiera que se espera sea profunda y larga. Así que vale mucho la pena poner nuestra vida financiera en orden y adoptar buenos hábitos que nos preparen para los tiempos que estamos viviendo; pero sobretodo que nos ayuden a tener suficiente efectivo y liquidez para imprevistos. Como dicen, en tiempos de crisis “Cash is king”, así que busquemos aumentar la liquidez para estar listos por si hay algún cambio en nuestros ingresos.

  1. Conoce tu valor total: lo primero es saber cuál es tu valor financiero, la suma de activos y pasivos. Este archivo vale la pena actualizarlo cada mes. En la primera parte anota los activos, es decir, saldo de cuentas de banco, valor de acciones bursátiles y bonos, cuentas de retiro así como valor de mercado de tus inmuebles y negocios. Estima que estos cambian al menos cada año o con alguna devaluación considerable de la moneda. En la segunda parte incluye tus pasivos, deudas de tarjetas, deudas de hipoteca, cualquier financiamiento (coche, tiendas con pagos diferidos, etc) y préstamos personales. Este sencillo ejercicio te dará gran visibilidad de tu estado financiero, nivel de liquidez y endeudamiento así como la diversidad de tu portafolio.
  1. Registra tus gastos y haz un presupuesto: este paso es tedioso pero muy necesario para tu salud financiera. Anota todos tus gastos (fijos y variables) durante un mes, desde hipoteca y  suscripciones que te cargan de manera automática en tu tarjeta, hasta propinas en efectivo. Hay varias apps gratis para hacer esto (ej. IXpenseIt). Ya que los tengas, define un presupuesto mensual por categorías. Algunos ejemplos de categorías a considerar son: casa y servicios, comida, transporte, vestido, pagos de financiación, entretenimiento, cuidado personal, gastos de negocio propio, salud, seguros, educación, niños, donaciones, etc. El gasto promedio de 3 meses puede ser un buen inicio para definir el presupuesto. 
  1. Prepárate para gastar menos definiendo fases de recorte de gastos: Ya que tengas los gastos y presupuesto definido, define 3 fases de recorte presupuestal en caso de que tu ingreso baje o debas aumentar tu ahorro. Los gastos en la primera fase de recorte son aquellos que te ocasionan el menor impacto como gastos de lujo. Algunos ejemplos son: comida en restaurante, viajes, etc. Fase 2 serían los siguientes gastos en eliminar, aquellos que sí tienen un impacto en tu confort y comodidad como por ejemplos suscripciones y servicios contratados. Fase 3 son aquellos gastos indispensables como casa, comida y servicios (agua, luz, gas). Hacer un cambio en estos gastos impacta en gran medida tu nivel de vida y hasta te puede generar un gasto adicional (mudanza por cambiarte de casa, etc.). Cuáles gastos incluir en cada fase depende cien por ciento de tu estilo de vida y necesidades. Mantén el hábito de registrar tus gastos para tu salud financiera.
  1. Crea un fondo de emergencias: en una economía sana, la recomendación es tener un fondo hasta de 6 meses de costo de vida. Sin embargo con recesión económica, se recomienda que amplíes la cantidad de efectivo a poder cubrir hasta 12 meses de vida. Muchas empresas están cerrando, despidiendo gente o bajando sueldos. El objetivo del fondo es poder sobrevivir sin ingreso mientras consigues un nuevo trabajo o arranca tu negocio. Aunque recibas liquidación en un despido, no te confíes y construye este fondo de emergencias. Investiga cuál banco te da el mejor rendimiento y si vas a buscar otro tipo de instrumentos de inversión, considera sólo aquellos sin costo de salida y con una disponibilidad de máximo 28 días.
  1. Ordena tu deuda de mayor a menor costo, generalmente las tarjetas de crédito son las que tienen el costo financiero más alto, luego los préstamos personales y por último la hipoteca. Si tuvieras un excedente de efectivo, liquida aquellos préstamos con la tasa mayor. Esto puede ser un desembolso en un inicio, pero puede liberar la carga de gastos mensuales al eliminar los pagos mínimos o incluso recargos por pagos tardíos. En el caso de hipotecas, en periodos de recesión, se recomienda evita pagos a capital para no perder liquidez. Te sorprendería ver cuánto dinero se desperdicia en pagos tardíos. Revisa si tu banco lanzó algún programa de diferimiento de pagos como apoyo para atenuar el impacto económico del Covid-19.
  1. Ten protección médica:  al momento de perder un trabajo, a las 8 semanas de tu baja pierdes la cobertura del IMSS así como la prestación de un seguro de gastos médicos si es que lo obtenías de la empresa donde trabajabas. Por eso asegúrate que tanto tú como tu familia tengan siempre un seguro médico con la cobertura adecuada desde el día 1 de su contratación y que cubra preexistencias.
  1. Genera un ingreso adicional:  no subestimes el poder de ingresos incrementales. Al final, lo que uno busca, es poder cubrir los gastos con los ingresos y posteriormente cubrir los objetivos de ahorro, inversión, retiro y estilo de vida. Revisa tus habilidades y ofrece tus servicios a tus conocidos, vende ropa o productos usados en buen estado o hasta puedes ser intermediario en operaciones de compra-venta donde conectas la oferta con la demanda, etc. Hay un sin fin de maneras de generar más ingreso; explora, prueba y ajusta conforme al aprendizaje te vaya dando experiencia.
  1. Conoce las deducciones fiscales que puedes hacer: aun cuando eres asalariado, hay varios conceptos que puedes deducir como honorarios médicos, dentales, gastos hospitalarios, gastos médicos por incapacidad o discapacidad, gastos funerales, donativos, intereses reales por crédito hipotecario y aportaciones complementarias de ahorro para el retiro. Busca un contador que te pueda asesorar y considera que un buen conocimiento de la ley fiscal puede beneficiar en buena medida tus finanzas personales.

El tema del dinero es relativo, lo que es mucho para uno es poco para otro. Por eso, asegúrate de definir qué es riqueza para ti y ten ejemplos concretos de qué quieres obtener en cada área de tu vida. El dinero es un medio que nos sirve para hacer algunos de nuestros sueños realidad. Al final nadie quiere ser rico por el simple gusto de recibir un estado bancario con muchos ceros. Encuentra el balance entre ingresos y gastos. Re-evalúa el costo de horas de trabajo y de nivel de estrés para obtener tus objetivos financieros y estilo de vida deseado. Tu eres quien define y alimenta tu sistema de finanzas personales, y todas las variables están entrelazadas y dependen entre sí. Toma las decisiones que más te convengan.

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