Santiago, Chile.- Normalmente las empresas tienden a culpar a la agencia digital, cuando los resultados no son los esperados o no se consiguen a tiempo. En esos casos, la autoevaluación es una herramienta significativa, para descubrir el porcentaje de responsabilidad de la empresa en la gestión. Es importante recordar que el resultado, al igual que en el matrimonio, corresponde al esfuerzo que cada uno ponga en la gestión. Por lo general, son cuatro las razones principales, las que se repiten en la relación agencia digital/cliente y provocan equivocaciones y errores. Te invito a revisarlas.

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Todo lo que hay que saber en la actualidad de las agencias digitales

Problemas de Comunicación. Por muy capaces que sean los integrantes de la agencia digital, es difícil que sean adivinos. Cada reunión con ellos, debiera corresponder a un nuevo paso de entendimiento, a la vez que un acuerdo de códigos a utilizar (tiempos, formas, indicaciones, etc). No basta con informar las metas y dejarles todo el trabajo. Ambas partes deben involucrarse, acordando tiempo, estrategia conjunta y la posibilidad de hacer cambios, si fuese necesario. De esta forma, ambos trabajarán mucho más conscientes y tranquilos porque existirá una confianza mutua, un “remar hacia el mismo lado”

Pagos diferenciados o atrasados. Nada produce más desconfianza y desgano que los pagos fuera del plazo estipulado. Si existe algún problema, es necesario conversarlo a la brevedad y acordar alguna solución. Cuando la agencia se siente injustamente remunerada, por la razón que sea, pierde, naturalmente la pasión inicial.

Indolencia. Dejar todo en manos de la agencia “por estar muy ocupados” es entregar una responsabilidad que no corresponde. Tu tiempo es oro, el de ellos también. Debes darle espacio para comunicarse directamente, al menos un par de veces al mes. Las reuniones, en ese caso, siempre serán necesarias.

No estar dispuestos a aprender. Aún hoy, existen altos ejecutivos que dicen “no estar interesados en la tecnología” porque eso es rol de la agencia. Craso error. Es necesario estar dispuestos a aprender, al menos las bases, de lo que ellos hacen, no sólo para comprender, sino también para empatizar con sus éxitos y dificultades, además de apoyar su trabajo (en beneficio tuyo). Por lo demás, el conocimiento siempre enriquece.