Por Camila González
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De nuevo el crowdfunding está alcanzando sus más diversas –y exóticas- utilidades en medio de la crisis económica en España. Este país se ha valido de la herramienta para sobreaguar la infertilidad de oportunidades que lo circunda, y las redes de interés y apoyo se van convirtiendo en las formas más viables y reales para sacar adelante todo tipo de proyectos.
Esta vez me impactó el fin que los españoles mueven para financiamiento colectivo: exhumar a un fusilado. Así como lo leen, un grupo de recuperación de memoria histórica de la Comunitat Valenciana ha buscado vías alternas a las subvenciones oficiales para sanar la historia de dolor de una familia que no tiene el dinero para llevar a cabo el proyecto.
Con 6.850 euros se identificarían y trasladarían los restos de José Valls, fusilado a los 48 años en 1938 en Borriol. Una causa noble y muy particular de una familia valenciana se mueve en una página web para que quien quiera aporte lo que quiera. Uno de los promotores del tema dice que se apela a “la conciencia de todos los progresistas” para que “posibiliten lo que no quiere el Gobierno español y local”.
Para todo aplica el mecenazgo… y asombran los niveles a los que puede llegar, claro en otros contextos. Les doy un ejemplo que me sorprendió. En marzo pasado, la empresa de ropa interior masculina en Estados Unidos Flint and Tinder decidió añadir a su catálogo una sudadera (pants).
Su director de marca hizo un fantástico marketing de la prenda: “Te mantiene caliente. Te envuelve. Y las buenas las usas hasta que se deshacen. Pero no son como un par de jeans que eventualmente se romperá de las rodillas. Una buena sudadera nunca se rompe”, etc., etc… No es chiste, tiene garantía de por vida en arreglos y composturas.
Lo cierto es que esta prenda, llamada 10-Year Hoodie (la sudadera de 10 años), logró recoger la absurda cifra de un millón de dólares a través de la página de Kickmaster, y se coronó como el producto de moda más exitoso de la plataforma desde que la fundaron en 2009.
Todo es posible, casi todo…
