El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) determinó que Grupo Televisa no es un agente económico con poder sustancial en el mercado de la televisión de paga, pese a tener más de la mitad de la cuota de mercado en este segmento. La resolución cierra el capítulo de la posible regulación a la televisora en materia de televisión restringida en el país.

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La decisión, alcanzada por mayoría de votos con dos comisionadas en contra y cinco a favor, señala que la participación de Televisa, aunque significativa, no ha impedido el crecimiento del mercado ni el avance de sus competidores.

En la versión pública de la resolución, el IFT explica que en el mercado mexicano no existen restricciones para que los operadores que compiten con Televisa expandan sus operaciones y se genera una presión competitiva. Para ello exponen que los suscriptores de televisión de paga han aumentado en 2.2 millones entre 2013 y 2015 para un total de 16.4 millones de personas con este tipo de servicio. Del total del mercado de televisión por cable, Televisa ha disminuido su cuota de 54 a 51 por ciento en el último año, mientras que Dish ha aumentado su cuota de 14 a 16 por ciento, y Megacable la ha incrementado de 31.6 a 33.6 por ciento.

En cuanto al mercado de televisión vía satélite, Sky tiene una cuota de 59.7 por ciento, mientras que Dish tiene un 40.3 por ciento.

El académico y experto en telecomunicaciones Ramiro Tovar Landa dijo en entrevista con Merca2.0 que con esta resolución se cierra el capítulo de la regulación a Televisa en el mercado de televisión de paga. “Televisa va a seguir operando sin regulaciones en televisión restringida con la exclusividad que tiene para ofrecer triple play y sin ninguna limitante respecto a su política tarifaria en ninguna de las poblaciones en donde es el único oferente de televisión de paga”.

En opinión de Tovar, quien imparte la materia de Economía de la Competencia en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), se trata de una resolución controvertida, y en la que el IFT se contradice a sí mismo respecto de dictámenes preliminares anteriores -uno de ellos data de hace tan solo un mes – en los que se concluye que Televisa tiene un poder sustancial en por lo menos 2 mil 124 localidades mexicanas. “A un mes, el pleno concluye exactamente lo contrario”, asegura.

La decisión del IFT indica que los usuarios sí tienen el poder de sustituir los servicios de televisa por otros semejantes. “La definición de salón de clases es muy clara, para que no haya un poder sustancial debe existir la posibilidad de sustituir el bien o servicio del que se trate por otro semejante. Se trata de que el usuario tenga distintas alternativas que ofrezcan el servicio y pueda elegir entre ellas”. Sin embargo, los operadores que compiten con Televisa no dan servicio en muchas localidades. Hay municipios en los que Izzi es la única opción para obtener televisión por cable, y de lo contrario el usuario debe optar por un servicio de televisión satelital como Dish, que no ofrece el servicio de Triple Play (televisión, teléfono e internet) con lo cual el usuario necesita contratar la línea telefónica y el internet aparte,  con lo cual no puede decirse que Dish e Izzi ofrezcan servicios equivalentes y sustituíbles.

“La premisa del análisis del IFT es errónea, porque el usuario, salvo que se encuentre en el Distrito Federal, no tiene todas las alternativas. Se trata de un error analítico que lleva a agregar a todos los competidores para argumentar que se tienen muchas alternativas, que Televisa tiene muchos rivales que están creciendo mientras televisa no ha crecido, y por lo tanto no hay poder sustancial”.

De haber llegado a una conclusión distinta, el IFT podría haber obligado a Televisa a compartir su infraestructura de cableado coaxial de cobre con otros proveedores, permitiéndoles entrar a las localidades en las que no se han podido instalar, sin embargo esto no ocurrió.

Otro factor polémico, dice el académico, es que se trata de una decisión a la que no se llegó por unanimidad, y pese a ello, la versión pública de la resolución no incluye el argumentario de quienes se opusieron a ella. “La versión pública no expone las divergencias internas, por lo tanto está incompleta y no es posible conocer la discusión de esos dos votos que dieron el ejemplo de independencia”. El académico se refiere a las comisionadas María Elena Estavillo y Adriana Labardini.

Con esta resolución advierte Tovar, el IFT no sólo afecta a los usuarios, sino que pierde credibilidad ante la opinión pública. “La credibilidad del IFT se había estado fortaleciendo, pero cuando se llega a ciertos temas, falla mucho, sobre todo cuando este tipo de resoluciones no salen por consenso, sino por mayoría”.