Santiago, Chile.- Dos informaciones consecutivas revelan una tendencia que se viene dando desde que nace la competencia. Mientras que Nintendo acaba de anunciar una nueva consola de su juego para el 12 de octubre, la “2DS” a un valor de 129.99 dólares, compatible con la línea de juegos 3Ds, se rumorea que el iPhone 5C, es una versión más barata de uno de los productos estrellas de Apple, el que, según el sitio Sonny Dickson podría ser de plástico, reduciendo así el costo de fabricación en 17 dólares.
La razón de la baja es obvia. A más interés del público, más motivación por parte de los fabricantes para desarrollar más y mejores productos que compitan entre sí. Ante tanta alternativa, las ventas bajan y es necesario encontrar una fórmula para revertir la situación. En este contexto, el marketing juega un rol fundamental y la batalla por figurar antes que el vecino se convierte en un desafío “de vida o muerte” para la industria. En cada presentación, no sólo se están jugando miles de dólares, sino que la permanencia en relación con la empresa.
El anterior es un proceso que se da en forma constante, pero que se nota más en el ámbito de las nuevas tecnologías por la rapidez vinculada a ellas. La “obsolencia programada”, como se denomina en términos económicos, de los productos, se vuelve un importante motor para la creatividad y como ya sabemos, genera un beneficio mayúsculo para el consumidor y sus posibilidades de elección.
Se afirma la sentencia: sube el interés por la tecnología, bajan los precios. ¡Viva la tecnología!